Las razones por las que un niño deja de comer pueden ser varias, desde el hecho de que priorice el juego y la diversión hasta presentar un cuadro de anorexia.
Cuando hablamos de la alimentación de los niños debemos diferenciar si estamos ante situaciones simples y cotidianas o ante verdaderos problemas alimenticios.
Por lo general, un niño sano física y emocionalmente come bien y lo hace cuando tiene hambre; pero también es cierto que cuando se divierte o se distrae, el acto de comer pasa a un segundo plano.
Según la psicóloga Lupe Maestre es importante tener en cuenta que a través de la comida los niños pequeños se comunican con sus padres y con el resto mundo, por ello “dejar de comer” puede significar:
- Un acto de protesta contra abusos o maltratos a la hora de comer.
- Un rechazo a la madre cuando esta es violenta o ausente.
- Celos hacia un hermano o familiar
- Signos de una tristeza profunda.
- Un acto para llamar la atención cuando sienten que no son amados por los padres.
También puede tener causas físicas como enfermedades digestivas, por ejemplo; o también puede tratarse de un cuadro de anorexia, es decir pérdida de apetito por causas psicológicas.
"Este cuadro suele aparecer luego del destete o cuando hay un cambio en el hogar, por ejemplo el nacimiento de un nuevo hermanito, el inicio de clases o cuando la mamá tiene que alejarse por algún motivo", refirió Maestre.
La especialista también señaló que los padres tienen que preocuparse cuando un niño sufre una inapetencia total o intensa, y esta es persistente. "Si baja de peso y su crecimiento se detiene, los padres tienen que descartar cualquier enfermedad", alertó.
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