Aunque la predicción del futuro no tiene una base científica, puede ser una guía siempre que no dañe la confianza en nosotros mismos.
Vivir bien
Predicciones
Aunque la predicción del futuro no tiene una base científica, puede actuar como un mecanismo compensatorio que ayuda a sentir que tenemos el control de la situación, concluye un estudio realizado por la Universidad de Queensland, en Australia.
La investigación basada en tres experimentos con 272 personas inducidas a sentir bajo control, demostró que creer que el futuro es predecible aumenta la capacidad de control sobre nuevos eventos.
“La creencia en la precognición debe ser particularmente fuerte cuando las personas más desean el control, es decir, cuando carecen de él”, señalan los autores del estudio.
Según Gina Piaggio, coach ontológica, el éxito de las consultas a psíquicos y videntes se debe a que sus pronósticos pueden servir como una suerte de “guía o sendero” que le da sentido a lo desconocido o a lo que está por venir.
“Pensamos más en el pasado y en el futuro que en el presente, pensamos qué hacer en el presente para que suceda en el futuro”, comenta Piaggio.
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La psicoterapeuta Maribel Villegas explica que esa curiosidad extrema por conocer qué va a pasar, también puede advertir inseguridad. “En cambio, si estoy seguro de que yo genero mi realidad, me importa la confianza en mí mismo, mis recursos internos y mi valía personal, da igual si las condiciones externas no son tan favorables”.
Las predicciones pueden hacernos sentir que tenemos el control sobre nuestro destino, y eso no es del todo malo. “Si pienso en el futuro con objetivos claros y realistas sobre lo que quiero lograr en mi vida profesional, laboral y de pareja, está bien, porque todos necesitamos un sentido, un orden, una misión; sin embargo, si eso no me deja dormir y día a día superviso los avances, mis logros, y recurro a temas externos como ir a leerme las cartas y ver qué dice mi horóscopo, entonces estoy desconfiando de mis propios recursos para lograr lo que quiero”, dice Villegas.
Para la especialista, la curiosidad por conocer el futuro solo es perjudicial en las personas que son más sugestionables, es decir, influenciables. “Tendrían problemas al enterarse de ciertos hechos que supuestamente van a pasar en su vida. Se creen lo que les dicen y no utilizan el sentido de búsqueda interna para saber qué creen”.
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