Entre el 1% y 3% de la población mundial padece de este tipo de trastorno neurobiológico. El abuso, el abandono, el aislamiento social y la exposición a eventos traumáticos pueden ser factores desencadenantes de esta enfermedad.
El Trastorno Obsesivo Compulsivo más conocido como TOC es una enfermedad neurbiológica que muchos vinculan con un constante lavado de manos o al evitar pisar líneas. Sin embargo, esas no son las únicas actitudes que pueden presentar quienes padecen de TOC.
El trastorno obsesivo convulsivo es una anomalía derivada de la ansiedad. Si bien a nivel popular se le asocia al interés excesivo hacia alguien o algo, esta definición no es exacta. José Carlos Bojórquez, médico especialista en psiquiatría de la Clínica Delgado, afirma que las obsesiones son pensamientos, impulsos o imágenes repetitivas y persistentes que aparecen sin que uno lo desee, desencadenando cuadros de ansiedad.
“Las compulsiones son actos repetitivos mediante los cuales esta misma persona va a intentar ignorar o neutralizar las obsesiones y así disminuir su angustia”, agrega el psiquiatra Bojórquez.
LAS TOC MÁS FRECUENTE
Toda persona desarrolla en algún momento de su vida una actitud obsesiva compulsiva, pero eso no quiere decir que tenga el trastorno, ya que para su diagnostico debe ser constante.
El TOC causa un malestar significativo de tal forma que se interpone en actividades importantes para la persona y eso va produciendo de todas maneras un deterioro en su calidad de vida.
El cuadro clínico más frecuente, dice Bojórquez, es la obsesión con una duda acerca de un posible daño y la compulsión de comprobación. Esta idea obsesiva puede ser por descuido o negligencia y puede estar dirigido hacia uno mismo o hacia otro.
Un caso común es cuando una persona tiene miedo de haber atropellado alguien en el camino y cuando llega a su casa dice: “Mientras manejaba he podido haber atropellado a alguien, debo regresar por el mismo camino para verificar que no fue así”.
Otro caso es cuando se tiene miedo de olvidar apagar un aparato antes de acostarse y se produzca un incendio, por lo que la persona se levanta a revisar eso varias veces.
La obsesión de simetría, orden y exactitud (asociada a ordenar, organizar y alinear todo) también es una situación ordinaria de TOC. “Estos casos se pueden acompañar de pensamientos tipo mágico. Por ejemplo, son personas que piensan que, si no alinean todos los objetos en el escritorio, alguien tendrá un accidente”, explica Bojórquez.
La obsesión de contaminación y la compulsión de limpieza o de protección es un último caso de TOC común. Un ejemplo claro es cuando una persona tiene la idea recurrente que sus manos están contaminadas con suciedad o gérmenes. Por ello se lavan constantemente las manos, llevan guantes y evitan dar la mano a otras personas.
A nivel mundial, el TOC está presente en el 1% al 3% de la población mundial. En el Perú, de acuerdo con una investigación realizada en el 2005, se registró que el 2.2% de la población presenta ese trastorno.
¿QUÉ HACER SI TENGO TOC?
El abuso, el abandono, el aislamiento social y la exposición a eventos traumáticos pueden condicionar a que una persona adquiera algún tipo de TOC. Sin embargo, también hay evidencia de que la causa puede ser hereditaria.
“Para controlar el TOC, lo que mejor que podemos hacer es asistir a un establecimiento de salud para ser evaluados y de ser diagnosticado iniciamos el tratamiento que corresponde”, responde Bojórquez.
Entre los tratamientos que tenemos para hacer frente al TOC encontramos a la terapia farmacológica o a la psicoterapia. Y en caso un paciente sea resistente a ambas existen otras alternativas como la terapia electroconvulsiva, la estimulación magnética transcraneal y la neurocirugia, siendo la más prometedora la estimulación cerebral profunda.
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