Por: Dr. Marco A. Rebatta Zuzunaga, médico de la Clínica San Felipe con especialidad en Cirugía Ortopédica y Traumatología. Las fracturas de cadera son riesgosas porque usualmente no ocurren por algún traumatismo violento, sino que suelen originarse tras una caída simple en casa.
Por: Dr. Marco A. Rebatta Zuzunaga, médico de la Clínica San Felipe con especialidad en Cirugía Ortopédica y Traumatología.
Desde tiempos pasados las fracturas de cadera en adultos mayores representan un riesgo grande para quien la sufre y también para la familia del paciente, que es testigo de su rápido deterioro.
Las fracturas de cadera son riesgosas porque usualmente no ocurren por algún traumatismo violento, sino que suelen originarse tras una caída simple en casa. Como consecuencia, el paciente experimenta una postración dolorosa y pérdida total de la independencia, lo que a su vez agrava los problemas que suelen venir con la edad para los adultos mayores. Y si una fractura de cadera le ocurre a algún adulto mayor con problemas como diabetes, hipertensión, mala irrigación de las extremidades inferiores (insuficiencia vascular periférica), problemas neurológicos u otros padecimientos similares, el tratamiento del paciente se complica.
El tratamiento, en la mayoría de los casos, es quirúrgico, y la recomendación mundial es que dicha cirugía sea realizada dentro de las primeras 48 y 72 horas de originada la fractura. De tardar más, el paciente podría padecer de problemas de índole médico (neumonía, infección urinaria, trombosis venosa profunda, trombosis arterial, entre otras), los mismos que podrían retrasar y hasta impedir una cirugía, haciendo poco apto al paciente para el procedimiento. El procedimiento quirúrgico, que deberá darse una vez confirmada la evaluación de especialistas como neumólogos y cardiólogos, consiste en reparar el daño de la estructura ósea, en este caso, el extremo más alto o próximo del fémur.
¿Cómo se realiza?
Existen varios caminos, dependiendo del caso particular. El más común en casos de fractura de cuello de fémur es reemplazar la cadera por una protésica; también se puede sujetar los principales fragmentos del hueso fracturado con implantes internos (sea placas con tornillos o clavos intramedulares) o implantes externos para casos muy puntuales, a lo que se le conoce como “osteosíntesis”. El momento pre y post cirugía intrahospitalario es también muy importante. Debemos considerar que una fractura de cadera le sucede comúnmente a población vulnerable, por lo que es necesaria la asistencia conjunta de un especialista en geriatría y medicina interna.
¿Qué ocurre luego de la cirugía?
Luego del procedimiento se da paso a la rehabilitación del paciente. Este proceso consiste en iniciar con actividades básicas, desde ayudarlo a sentarse nuevamente y realizar ejercicios simples en cama, hasta empezar a recuperar la movilidad e independencia. El objetivo es lograr la curación total de la fractura, lo cual le permitirá al paciente reinsertarse en la sociedad.
Ahora hagamos un ejercicio ante la circunstancia actual de pandemia por COVID-19. Imagine todo lo anterior, pero sumemos centros médicos (públicos y privados) con menor oferta de espacio hospitalario y UCI, personal sanitario mermado por la circunstancia e incluso fallecido a causa de la pandemia. Además, existe una mayor posibilidad de complicaciones en la cirugía para los adultos mayores, especialmente si presentan síntomas de Covid-19: entre un 40% y 70% de posibilidades de que desarrollen neumonía durante el procedimiento y una mortalidad que puede ascender hasta un 35% más que en una situación normal.
Mi mensaje no puede ser otro distinto al de mostrar cuidado y amor a nuestros adultos mayores. Hoy día somos testigos de una campaña de vacunación nacional que busca vacunar y proteger a este grupo poblacional tan vulnerable; quienes una vez nos cuidaron necesitan que hoy cuidemos de ellos. En casa debe seguir esa cadena de amor, porque recuerde que las fracturas de cadera ocurren, en su mayoría, por un accidente “menor”, como un simple resbalón o tropiezo. Aunque es mejor no salir y exponerse al virus, debemos procurar que dentro de casa se mantengan activos para evitar la disminución de mineralización ósea y de masa muscular. Protejamoslos del virus y cuidemoslos también para evitarles el dolor de sufrir una fractura de cadera.
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