Un estudio reciente examina la relación entre la formación de cálculos biliares y ciertos hábitos vinculados al estilo de vida.
Un estudio publicado en el Journal of Digestive Diseases sugiere una posible relación entre el estilo de vida y la formación de cálculos biliares, especialmente en personas jóvenes. Según la investigación, realizada por un grupo de científicos estadounidenses, existe una asociación significativa entre ciertos hábitos no saludables y el desarrollo de estas piedras en la vesícula.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores analizaron una extensa base de datos en Estados Unidos, en la que se recopilaron miles de casos de personas con cálculos biliares junto con información detallada sobre sus estilos de vida. A través de herramientas informáticas, compararon si quienes presentaban cálculos tenían también factores de riesgo relacionados con la alimentación, el tabaquismo, el ejercicio físico, entre otros.
Se observó que las personas con cálculos biliares, en especial las más jóvenes, compartían patrones comunes. Muchos tenían antecedentes de tabaquismo, llevaban una vida sedentaria, presentaban un perímetro abdominal elevado y mostraban alteraciones metabólicas en sus exámenes de sangre. Estas incluían niveles altos de hemoglobina A1C (indicador de diabetes) y glucosa en ayunas elevada, lo que sugiere un metabolismo comprometido.
Además, los investigadores identificaron cuatro enfermedades que se asocian con mayor frecuencia a quienes tienen cálculos biliares: hígado graso, obesidad, hipertensión arterial y diabetes. Esta combinación de factores refuerza la idea de que un estilo de vida poco saludable está estrechamente vinculado con la aparición de cálculos en la vesícula.
El doctor Elmer Huerta, asesor médico de RPP, destaca que, aunque no se puede modificar la carga genética que también influye en la formación de cálculos, sí hay muchos aspectos que están bajo nuestro control. Podemos decidir cómo comemos, si hacemos ejercicio, si dejamos de fumar y si evitamos el sedentarismo. Estos cambios, aunque parezcan simples, pueden tener un gran impacto en la prevención de esta y otras enfermedades asociadas.