Este trabajo, publicado en el último número de la revista Nature Genetics, abre una nueva vía para el estudio de las causas asociadas a la formación de tumores.
Científicos españoles han detectado la primera mutación en una nueva vía celular que provoca cáncer, tras comprobar que, a partir de un solo gen mutado, TARBP2, se produce toda una cascada o cadena de cientos de cambios de expresión genética causantes de tumores.
Este trabajo, publicado en el último número de la revista Nature Genetics, abre una nueva vía para el estudio de las causas asociadas a la formación de tumores.
La investigación ha sido desarrollada por el Instituto de Investigaciones Biomédicas de Bellvitge-Instituto Catalán de Oncología, cuyo programa de epigenética y biología del cáncer dirige el científico español Manel Esteller.
A partir de esta investigación en la que se ha estudiado unos 400 tumores humanos, se ha descubierto que el citado gen mutado TARBP2, que está asociado a cánceres de colon, estómago y útero, es capaz de "encender o activar" mediante un mecanismo epigenético muchísimos genes que anteriormente estaban apagados o no activados.
Así lo ha explicado el director de la investigación, Manel Esteller, quien ha añadido que la causa de este proceso es que este gen mutado hace que las secuencias genéticas que lo regulan en condiciones normales, y que se denominan microARNs, no se produzcan de forma correcta.
Esto conlleva que todos los genes regulados por las mismas se expresen de forma "alterada, aberrante o anómala", añadió.
Hasta ahora, según Esteller, "no se conocía ninguna mutación en esta vía celular implicada en la formación de microARNs" (secuencias genéticas de ácido ribonucléico ARN muy pequeñas, que están sueltas por el núcleo celular y que se dedican básicamente a apagar genes).
"En esta vía de regulación de microARNs no se conocía ningún gen mutado en cáncer humano", destacó Esteller.
Advirtió, asimismo, de que "es probable que la presencia de mutaciones en el citado gen sea sólo la punta del iceberg que sobresale en la superficie del océano, y que, por debajo de su línea de flotación, existan muchas más mutaciones en genes productores y eliminadores de microARNs que contribuyan al desarrollo del cáncer".
En su opinión, este descubrimiento podría tener dos grandes implicaciones científicas; la primera es que se ha abierto una nueva vía donde buscar mutaciones en genes, pues todos aquellos que puedan regular microARNs podrían ser "candidatos a estar alterados en los tumores".
La segunda implicación científica es que previsiblemente este hallazgo permitirá el desarrollo de estudios preclínicos de fármacos activadores de microARNs, y se podrá predecir qué tipo de tumores serían más sensibles a unos tratamientos u otros.
EFE
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