Al darles todos los estímulos a los niños se potencian todas sus habilidades.
“Las niñas no hacen eso” o “Los niños no lloran” son algunas de las frases sexistas que los padres repiten a sus hijos, muchas veces de manera inconsciente. Con este tipo de mensajes, los progenitores perpetúan estereotipos negativos que afectan al desarrollo de sus hijos.
Prejuicios. Laura Pérez, psicóloga infantil nos explica que muchos de los prejuicios sexistas con los que se crían a los hijos existen por temores infundados de los padres. “Comienza con la ropa que se le pone a los niños y continúa con los juguetes que se les compra. Se les enseña a los niños a que existen ciertas cosas para niños y otras para niños, lo cual no es realmente cierto.”
Habilidades diferenciadas. De esta manera, vamos condicionando a los niños y las niñas a desarrollar ciertas habilidades diferenciadas por su género. Gracias a los carritos y los legos, los niños adquieren aptitudes para los trabajos mecánicos y manuales; mientras que las niñas ganan empatía y desarrollo del lenguaje jugando a criar y atender a sus muñecas. “Los niños necesitan todo tipo de estímulos para desarrollar todas las habilidades posibles”, explica Pérez.
Orientación sexual. La especialista enfatiza que ni la ropa ni los juguetes influencian en la futura orientación sexual que asuman los niños. Asimismo, Pérez explica que es dañino sobreproteger a las niñas, pues se les manda el mensaje de que son vulnerables y que necesitan a alguien que las cuide, lo cual las deja a la merced de hombres abusivos. Si escucha a sus hijos decir frases sexistas corríjalos y explíqueles que tanto hombres como mujeres pueden alcanzar todas sus metas.
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