Por: Lic. Rosa Cornejo, psicóloga del Policlínico Universitario- Universidad de Piura. Según un estudio reciente del Instituto Nacional de Salud Mental del Ministerio de Salud (INSM), durante la pandemia, los trastornos mentales crecieron de dos a tres veces más, solo en Lima Metropolitana.
Por: Lic. Rosa Cornejo, psicóloga del Policlínico Universitario- Universidad de Piura
Según un estudio reciente del Instituto Nacional de Salud Mental del Ministerio de Salud (INSM), durante la pandemia, los trastornos mentales crecieron de dos a tres veces más, solo en Lima Metropolitana, pues la inestabilidad económica, el miedo al contagio, la alteración del descanso, entre otros aspectos, han afectado severamente la salud mental.
Los trastornos se manifiestan de manera progresiva y, de no tratarse con prontitud, pueden escalar muy rápidamente y convertirse en cuadros más graves. Los primeros signos pueden ser alteraciones en las horas de sueño, aumento del ritmo cardiaco, exceso de tensión en los músculos del cuello o espalda, la dificultad para concentrarse o la pérdida de la memoria, y la irritabilidad.
Lo siguiente es agotamiento emocional, estrés crónico que mantiene al paciente en constante alerta. Aquí podrían surgir trastornos del ánimo, como la ansiedad y la depresión, que son los cuadros más frecuentes. De hecho, estudios como el llevado a cabo por el INSM indican que, de cada 10 personas, 3 padecen alguno de estos trastornos.
A esto, sumémosle que muchas personas, antes de la pandemia, ya tenían diagnósticos de ataques de pánico, ansiedad generalizada, depresión en diversos niveles, psicosis, esquizofrenia, y otros cuadros clínicos para los que se necesita tratamiento farmacológico y constante control por parte de un especialista.
Existe una deuda muy grande para con las personas que padecen trastornos de la salud mental. Los seguros privados no cubren atención en salud mental, y el sistema de salud público, en muchas ocasiones, desestima trastornos que podrían catalogarse como leves o moderados y que, por la falta de atención, terminan empeorando y condicionando gravemente la vida de las personas. En las postas, es muy difícil encontrar profesionales de la salud mental.
La pandemia viene mostrando las falencias de nuestro sistema de salud y es necesario empezar a cubrir las necesidades en cuanto a salud mental: contar con más profesionales preparados para atender a pacientes en las postas, en los hospitales, observar el precio de los medicamentos, etc.
Como podemos apreciar en este corto resumen, la priorización de la salud mental en nuestro país debe comenzar en casa, prestando mucha atención a los rasgos (antes mencionados) que sugieren algún trastorno. Esto, para atacarlos a tiempo y adecuadamente. Sin embargo, es necesario que nuestro sistema de salud responda ante esta urgencia con atención pronta, eficiente y en los lugares donde las personas más lo necesitan.
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