Un estudio reciente realizado en un centro médico de Chorrillos señala que el 55% de las madres encuestadas afirman haber detenido en sus hijos el consumo de multimicronutrientes por problemas en su administración.
La adherencia a un medicamento puede variar por múltiples factores como el paciente, la enfermedad a tratar y el entorno social. Sin embargo, la ingesta de medicamentos en niños resulta aún más compleja al intervenir otros elementos como el control de los padres en la administración y la resistencia o negatividad a la medicina en los menores que puede influir directamente en la efectividad del tratamiento.
Esta situación lleva a los padres a realizar miles de estrategias para lograr que sus menores hijos tomen los medicamentos o buscan complementarlos, u en algunos casos reemplazarlos, por “recetas caseras” que puedan ayudar a mejorar los síntomas en enfermedades leves.
Según un estudio realizado por la Universidad de Eastern Finlandia, se identificó que el 80% de los padres encuestados prefieren el uso de medicinas alternativas como suplementos dietarios o “recetas caseras” para el control de enfermedades leves pues las consideran una excelente opción para aumentar la ingesta de vitaminas y productos naturales en sus hijos.
Se ha identificado que la mayoría de la población infantil tiene un mayor rechazo a las características intrínsecas de los medicamentos tradicionales como sabor, textura y forma de dosificación. Además, como son ingeridas cuando el niño presenta complicaciones en su salud, condición que en si misma hace que pueda estar más sensible o irritable, se incrementa este rechazo sobre todo en edades tempranas (menores a 10 años).
En el Perú, un estudio reciente del 2018 llevado a cabo con madres que asistían al servicio de pediatría del Centro de Salud San Genaro en Chorrillos sobre la adherencia en la ingesta de multimicronutrientes en niños menores de dos años, encontró que el 55% de las madres manifestaron que el tratamiento con medicamentos fue interrumpido en el niño por las complicaciones presentadas durante su administración.
Además, cuando existe mayor dificultad para suministrar medicamentos algunos padres optan por el uso de otras presentaciones que están diseñadas para el tratamiento de enfermedades en adultos como las tabletas, comprimidos o grageas. Al no estar indicados en niños, aspectos como la etapa del crecimiento y la maduración del organismo pueden alterar la farmacocinética de estos medicamentos produciendo eventos adversos en los menores.
Como ya lo mencionamos, la mayoría de la población infantil rechaza los medicamentos por su olor, sabor y textura, pues les resulta desagradable. Esto ha proporcionado una evidencia para el desarrollo de productos farmacéuticos aceptables para niños que trabajen en estas propiedades de los medicamentos (sabor, color, olor y textura) y puedan tener una mayor adherencia a la medicación.
En la última década se ha venido desarrollando la Confitería Funcional, área de la tecnología de alimentos que surgió para facilitar la ingesta en los niños de algunos compuestos activos presentes en los medicamentos y también para satisfacer los cambios en el estilo de vida de la población, donde cada vez existe una mayor intención de consumir alimentos que aporten mayor cantidad de vitaminas y minerales.
Estos alimentos se destacan por tener una mayor satisfacción sensorial en aromas y sabores, sobre todo en la población infantil. Además es un vehículo excelente para la adición de nutrientes específicos y de este modo mejorar la nutrición de los niños.
Cabe señalar que no existe evidencia científica la cual afirme que este tipo de alimentos poseen un mayor porcentaje de compuestos activos que los que ofrecen los medicamentos tradicionales como jarabes y tabletas masticables, sin embargo es una alternativa efectiva para los padres que facilita la ingesta en la dieta de sus hijos de vitaminas, minerales y oligoelementos.
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