Tras cumplirse 5 años del confinamiento por el brote de la COVID-19 en el país, el doctor Elmer Huerta, asesor médico de RPP, recordó las controversias que surgieron en ese entonces, las cuales generaron debates sobre la efectividad y los impactos de las restricciones impuestas en la población.
El 6 de marzo de 2020, el entonces presidente de la República, Martín Vizcarra, confirmó que un hombre de 25 años, con signos de una infección respiratoria aguda leve, era el primer caso importado de la COVID-19 en Perú. El joven había viajado a varias ciudades europeas 14 días antes de presentar los síntomas de la enfermedad.
Unos días después, el 15 de marzo de 2020, el Ejecutivo decretó el inicio del estado de emergencia nacional, que comenzaría a las 00:00 horas del 16 de marzo. Esta medida incluía el aislamiento social obligatorio y el cierre de las fronteras nacionales, con el objetivo de frenar la propagación de la COVID-19 en el territorio peruano. Al cumplirse 5 años del confinamiento por el brote del nuevo coronavirus en el país, resulta relevante recordar las controversias que surgieron en ese entonces, las cuales generaron debates sobre la efectividad y los impactos de las restricciones impuestas en la población.
El doctor Elmer Huerta, asesor médico de RPP, recordó en Espacio Vital que la cuarentena decretada en varios países del mundo no era una medida común. Aunque se menciona que en 1918 se intentó aplicar algo similar durante otra pandemia que azotó al mundo, lo cierto es que en esa época la salud pública no tenía experiencia en implementar una cuarentena a nivel global.
Una de las controversias más importantes que surgió en ese entonces fue la efectividad del confinamiento para frenar el desarrollo de la pandemia. Si bien existen estudios que afirman que las cuarentenas sí funcionaron, otros sugieren lo contrario.
Al parecer sí tuvo un efecto positivo en frenar el virus cuando se implementó de manera sistemática en ciertos países durante un período determinado. El problema surgió cuando no se supo cómo implementar la cuarentena adecuadamente ni regular su duración, lo que generó más complicaciones que beneficios. Entre los principales problemas estuvieron el fuerte impacto social y económico que sufrieron los países, que incluyó cierres generalizados de empresas, pérdida de empleos, recesiones económicas y un impacto significativo en la vida diaria de las personas.
En cuanto a la salud mental, el aislamiento social contribuyó al aumento de la ansiedad, la depresión y otros problemas relacionados con la salud mental. Algunos argumentaron que las medidas de confinamiento violaban los derechos fundamentales, como el derecho a la libertad de movimiento. Además, el concepto del aislamiento no logró consolidarse en muchos lugares, especialmente en sociedades como la nuestra, donde gran parte de la población no podía quedarse en casa debido a la falta de alimentos y la necesidad de salir a buscar dinero.
Según diversos expertos en salud pública, es posible que en una futura pandemia se vuelva a aplicar un estado de cuarentena. No obstante, en esa nueva oportunidad, será necesario estudiar las realidades socioeconómicas de cada país para establecer el modelo de cuarentena más adecuado y efectivo para la población.
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