El mecanismo que posee el estómago destinado a detectar cómo de saciados nos sentimos al comer está dañado en los individuos obesos, según estudio.
Las personas con obesidad presentan alteraciones en un mecanismo destinado a detectar la saciedad cuando se ingiere alimentos, revela un estudio australiano que además sostiene que el daño es reversible cuando el peso se recupera y se mantiene.
Concretamente, Stephen Kentish y sus colegas de la Universidad de Adelaida han publicado un estudio en International Journal of Obesity que muestra que los nervios del estómago encargados de identificar que está lleno pierden sensibilidad después de consumir a largo plazo una dieta rica en grasas.
A esto se añade que la leptina, la hormona que en circunstancias normales manda al cerebro la señal de saciedad, también funciona peor en personas con unos cuantos kilos de más.
"Estos dos mecanismos combinados hacen que los obesos necesiten comer más para sentirse llenos, lo que se convierte en una pescadilla que se muerte la cola", aclaran los científicos.
Los investigadores aseguran que este sería uno de los motivos por los que las personas que pierden peso durante una dieta de adelgazamiento suelen recuperarlo rápidamente.
De hecho se estima que solo un 5% de las personas que adelgazan mantienen la pérdida de peso durante al menos dos años, algo que esta nueva investigación podría ayudar a remediar.
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