Tener un botiquín en casa es fundamental, pero no siempre se le da la atención que merece. La ubicación incorrecta o el contenido inadecuado pueden volverlo ineficaz cuando más se necesita. ¿Sabes si el tuyo está bien preparado?
Contar con un botiquín de primeros auxilios en casa no solo es una medida de prevención, sino una herramienta fundamental para actuar con rapidez y eficacia ante cualquier accidente doméstico. Caídas, cortes, quemaduras o simples dolores de cabeza pueden ocurrir en cualquier momento, y tener a la mano los insumos necesarios puede marcar la diferencia mientras se recibe atención médica profesional. Sin embargo, no basta con tener un botiquín: es igual de importante saber dónde colocarlo, qué debe contener y cómo mantenerlo en buen estado.
La química farmacéutica Lucy Zevallos, en entrevista con RPP, explica que uno de los errores más comunes en los hogares es colocar el botiquín en lugares inadecuados como la cocina o el baño. Estos espacios, al estar expuestos al calor y la humedad, pueden alterar el estado de los medicamentos, volviéndolos ineficaces o incluso peligrosos. Por ello, Zevallos recomienda ubicar el botiquín en un lugar fresco, accesible e identificable, pero siempre lejos del alcance de los niños, para evitar accidentes.
Respecto a su contenido, la especialista indica que el botiquín debe estar preparado para atender los accidentes más frecuentes en el hogar, como cortes, quemaduras y golpes superficiales. Para estos casos, es esencial contar con elementos básicos como agua destilada o cloruro de sodio, los cuales permiten limpiar adecuadamente una herida. Junto a estos, deben incluirse soluciones antisépticas como alcohol yodado o agua oxigenada, que ayudan a prevenir infecciones al impedir el ingreso de microorganismos.
Además, se deben incluir materiales de curación como algodón, gasas estériles y vendas. Estos elementos permiten cubrir heridas, inmovilizar extremidades afectadas y facilitar el traslado de la persona herida. El esparadrapo y las curitas también son indispensables, especialmente para tratar raspones en niños. Por otro lado, instrumentos como tijeras y pinzas resultan útiles para cortar vendas o manipular con precisión los materiales sin contaminar las heridas.
En cuanto a los medicamentos, Zevallos sugiere incluir solo aquellos que no requieren receta médica. Los analgésicos como el paracetamol y el ibuprofeno son recomendados por su eficacia para aliviar el dolor, bajar la fiebre y reducir inflamaciones. Sin embargo, es importante recordar que el botiquín no debe usarse como una farmacia casera: no debe incluir antibióticos de tercera generación ni otros medicamentos que solo deben ser consumidos bajo supervisión médica, ya que su mal uso puede generar resistencia bacteriana.
Una medida preventiva adicional es tener siempre a la mano el número telefónico del médico de cabecera de la familia. Esto puede facilitar la toma de decisiones rápidas ante una emergencia. También se recomienda revisar periódicamente las fechas de vencimiento de los productos del botiquín, ya que su eficacia depende de su buen estado. Incluso insumos como las gasas, el alcohol y el agua oxigenada tienen una vida útil limitada.
Finalmente, Zevallos enfatiza que todos los insumos deben adquirirse en establecimientos autorizados para garantizar su calidad y efectividad. Un botiquín doméstico no reemplaza la atención médica, pero sí puede ser un recurso valioso para brindar una primera respuesta eficaz, reducir riesgos y ganar tiempo mientras se accede a un centro de salud.
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