Investigación revela que la “trasmisión intergeneracional” del Índice de Masa Corporal entre padres e hijo es de 40%.
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El 20% del índice de masa corporal (IMC) del niño es heredado de su madre, mientras que otro porcentaje similar es heredado del padre.
La investigación de la Universidad de Sussex en el Reino Unido tiene como muestra los análisis genéticos de más de 100 mil niños de Estados Unidos, Inglaterra, China, Indonesia, España y México. En los hallazgos se determinó que el 20% del Índice de Masa Corporal (IMC) del niño es heredado de su madre, mientras que otro porcentaje similar es heredado del padre.
El doctor Elmer Huerta, asesor médico de RPP Noticias explica que la trasmisión intergeneracional es similar en todos los países. Los resultados explican que los niños nacidos de padres obesos tienen riesgo de tener esta misma condición. “El efecto paterno es más del doble de los niños obesos que él de los más delgados”, comenta la investigación.
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La trasmisión intergeneracional se debe a que algunos genes de los padres incrementan la susceptibilidad de ganar peso en los niños.
Los científicos calculan que la constante de la trasmisión intergeneracional de IMC entre padres e hijos es de 0.2. Lo que explica que “mientras más sobrepeso tengan los padres, más sobrepeso padecerían los hijos”.
Los hallazgos publicados en la revista Economics and Human Biology afirman que la obesidad afecta a 1 de cada 5 niños y adolescentes entre 6 y 19 años en Estados Unidos, cifra que sería similar en los demás países.
“Esto da un importante y extraño signo de como la obesidad se trasmite a través de las generaciones. Encontramos que el proceso de trasmisión intergeneracional es el mismo a través de diferentes países”, explica el artículo.
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La obesidad en nuestros hijos puede manifestar signos inmediatos y de largo plazo en su salud como el incremento de los síntomas del asma y diabetes tipo 2.
Efectos negativos. La obesidad en nuestros hijos puede manifestar signos inmediatos y de largo plazo en su salud como el incremento de los síntomas del asma, diabetes tipo 2 y problemas emocionales, como la depresión.
Si bien se ha demostrado que un niño puede heredar algunos genes de sus padres que incrementan su susceptibilidad de ganar peso, una dieta saludable y actividad física moderada pueden hacer el cambio.
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Pese a ser una condición genética, una dieta saludable y actividad física pueden moderar los efectos negativos de la obesidad en los niños.
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