Mucho se habla del número R o tasa de contagios del nuevo coronavirus en el Perú y el mundo. ¿Qué implica y por qué su valor es crucial para el ajuste de las medidas sanitarias frente a la COVID-19?
En medio de la pandemia del nuevo coronavirus y tras la más reciente ampliación de la cuarentena obligatoria en el Perú, hay un término epidemiológico que hemos escuchado de boca de médicos, investigadores y hasta del mismo presidente Martín Vizcarra: R o número de reproducción de una enfermedad infecciosa. En palabras más simples, el número- en promedio- de cuántas personas van a ser contagiadas por un infectado (en este caso del coronavirus) antes de que se recupere de la enfermedad o fallezca a causa de ella.
Pero, ¿qué significa este valor y cuál es su importancia en la lucha contra la pandemia de la COVID-19 en el Perú y el mundo?
Elmer Huerta, Consejero Médico de RPP Noticias y especialista en salud pública, explica que este número es un concepto importante al hablar de una enfermedad infecciosa, como es el caso del nuevo coronavirus, ébola o sarampión.
"En enero, en China, los científicos calcularon en base a entrevistas y análisis de los primeros casos a cuántas personas pudo haber contagiado un infectado. Allí salió que (el número) fue 2.6, ese fue el número inicial (llamado R0, R subcero). Eso significa que este virus cuando apareció podía hacer que una persona infecte entre 2 y 3 personas. [...] El R se puede calcular en cualquier parte del mundo, en el Perú se puede calcular en regiones. El objetivo de todo programa de salud pública tiene que ser que los R sean menos de 1 porque si tienes menos de uno, desapareció la enfermedad", comenta Huerta.
Como explica Huerta, R subcero se define como el número básico de reproducción al comienzo de una pandemia o epidemia, durante la primera generación. Ese número está escrito en piedra. Sin embargo, el valor de R- sin ningún subíndice- es variable durante el brote de la enfermedad y dependiendo de las acciones de contención y mitigación que tomen los gobiernos: cuarentena obligatoria, uso de mascarillas, distanciamiento social, implementación de vacunas, etc.
Leonid Lecca, médico epidemiólogo y director de la ONG Socios En Salud, explica que para determinar ese número, conocido también como la tasa de reproducción de una infección, se analizan cuatro variables: la duración de la enfermedad, las oportunidades de contagio, la probabilidad y la susceptibilidad de transmisión.
"Nosotros podemos intervenir en la segunda y tercera variable. Hay que reducir las oportunidades de contagio con las medidas de distanciamiento social, es decir, por ejemplo, limitando las circunstancias de gran afluencia de personas. Aquí también tiene que ver el grado de real cumplimiento de aislamiento de los casos positivos, sabiendo que no todas las personas tienen las oportunidades de realmente aislarse en sus domicilios. Otra variable sobre la que podemos influir es la disminución de la probabilidad de transmisión con medidas como el lavado frecuente de manos, el uso de mascarillas, evitar tocarse la cara o incluso el pronto inicio de un tratamiento efectivo para los casos positivos", explica.
Por su parte, Humberto Vásquez, infectólogo de la Clínica Internacional, resalta que, en algunos casos, "hay infecciones que duran por muchos años o que duran por toda la vida, como la infección por VIH y entonces su contagio también es por muchos años".
"También depende del número de susceptibles, es decir, de cuántas personas pueden adquirir la infección. Por ejemplo, si fueron vacunados ya no serían susceptibles. El otro ejemplo es que si ya tuvieron la infección, si el 50% se contagió ya, ese número R sería solo para el 50% restante", menciona.
EL OBJETIVO: R MENOR QUE CERO
Para contener esta pandemia mundial es importante saber que el objetivo principal es llegar a que R sea menor que cero en las diversas regiones de cada país. Es decir, que cada persona infectada, en promedio, pueda que no contagie a ninguna otra y que la enfermedad simplemente muera con el tiempo.
En el caso del Perú, con restricciones fuertes como el confinamiento obligatorio y el cierre de fronteras, se buscó que el valor de R sea menor a cero. Las ampliaciones de la cuarentena también son parte de las acciones de los denominados martillazos.
El médico epidemiólogo Leonidas Lecca resalta que "si nosotros logramos disminuir el valor de R y acercarlo a 1, habrá una disminución de la curva de contagios en la comunidad donde se realice la medición".
"Hablaremos que la pandemia empieza a controlarse cuando el R sea menor de 1, solo así el número de pacientes activos con COVID-19 empezará a caer, tal y como sucede en China y en algunos países asiáticos y europeos", menciona.
El infectólogo Humberto Vásquez explica que la disminución de ese número también depende de la conducta social de cada comunidad haciendo que la pandemia sea diferente respecto a cada país, época y costumbres.
"Si el valor de R es menor a uno significa que la enfermedad no sea contagiosa: contagia, pero en una proporción que no llega a significar una epidemia de propagación exponencial. Si el valor de R es 0, es una enfermedad que no tiene posibilidad de contagio entre seres humanos", afirma.
¿POR QUÉ ES IMPORTANTE ESE NÚMERO?
Como bien indica el artículo "El Martillazo y el Huayno", publicado por el ingeniero geoespacial formado en Silicon Valley, Ragi Yaser Burhum, el consenso a nivel mundial es que R es el "indicador más importante para superar esta pandemia". Pero, como toda lucha en salud pública, para que este número permita saber si realmente se reduce el crecimiento del virus, debe ser calculado a nivel regional, e incluso en ciudades como Lima, a nivel distrito.
"Cada localidad en el Perú es distinta en el ámbito económico/ cultural/ político. Las medidas van a tener que ser adaptadas a la realidad local y distintas debido a que la curva de crecimiento va a variar en cada sub-región", afirma en su artículo.
Con ese valor, R es determinante para la segunda etapa tras el martillazo: el baile o, en el caso peruano, el huayno, ya que las características de cada región del país son diferentes al resto del mundo. El ingeniero peruano resalta cuatro: no todas las personas en el país tienen acceso a una refrigeradora, un cuenta de banco, una computadora ni usan tarjeta de crédito, lo que permite que las circunstancias de contagio aumenten y, por ende, el número de R también.
Burhum explica que al conocer y verificar el valor de R en cada localidad (región o distrito) se pueden "ajustar y relajar restricciones". Un baile, que según los expertos, puede durar entre 10 meses y dos años hasta que tengamos acceso en todo el mundo a una vacuna. Si se logra mantener el valor de R menor de 1 se entra a una fase de baile constante, afirma el artículo.
Sin embargo, no solo las medidas de restricción se ven alteradas por el valor cambiante de R, sino también la respuesta del sistema de salud. A esto Burhum denomina "la necesidad de un indicador de camas de Unidad de Cuidados Intensivos regional" que nos dirá cuando nuestro sistema de salud colapsa, dependiendo de las regiones. Es decir, un indicador que permita saber la situación actual de cada comunidad.
El epidemiólogo Leonidas Lecca concuerda con eso y resalta que es un dato que se debe monitorear de manera continua.
"Si tenemos un R superior a 1, significará que las medidas de distanciamiento social deberán reactivarse, por ello será importante monitorear el valor de R por regiones y en Lima, incluso, por distritos. Ahora, es importante saber que si bien la cuarentena podría levantarse en algún momento, eso no significa que las medidas de aseo, higiene y comportamiento deberán también terminarse. Al contrario, eso sería un gran error. Estas medidas deberán continuar pues si algo está demostrado es que esta pandemia solo se controlará cuando tengamos una vacuna efectiva que realmente provoque inmunidad hacia la infección en las personas", finaliza.
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