Abusar de la calefacción en invierno puede contribuir al aumento de la obesidad, revela un estudio publicado en la revista Obesity Reviews.
Abusar de la calefacción en invierno puede contribuir al aumento de la obesidad, revela un estudio publicado en la revista Obesity Reviews. Según los autores, del University College de Londres, reducir la exposición al frío reduce la necesidad de consumir energía para permanecer calientes y reduce la capacidad del cuerpo para producir calor.
El "confort térmico" implica que no nos exponemos al frío estacional, que cada vez pasamos más tiempo de nuestra vida con una temperatura agradable.
Según el portal muyinteresante.es, los autores han tenido en cuenta el papel de la llamada "grasa marrón". A diferencia de la "grasa blanca", este tejido adiposo tiene la capacidad de quemar energía para crear calor, y todo apunta a que su producción está ligada al descenso de las temperaturas externas.
Con menos exposición al frío, sin embargo, los seres humanos estamos perdiendo parte de este tejido.
"A medida que pasamos más tiempo en espacios cerrados con acceso a calefacción centralizada y aires acondicionados se reduce el rango de temperaturas al que nos exponemos en nuestra vida cotidiana", afirma Fiona Johnson, coautora del artículo.
Esto podría tener un impacto en el equilibrio energético, en el peso corporal y en la obesidad. Bajar unos grados la temperatura dentro los edificios durante los meses de invierno no sólo reduciría las emisiones de gases de efecto invernadero y, por lo tanto, el cambio climático, sino que también frenaría el avance de la obesidad, concluyen los investigadores.
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