Investigadores han desarrollado un programa informático que permitirá diferenciar una taquicardia ventricular en un electrocardiograma de superficie.
Investigadores chilenos han desarrollado un programa informático que permitirá a los cardiólogos diferenciar en un electrocardiograma de superficie una taquicardia ventricular, que es prácticamente mortal, de una supraventricular, que resulta inofensiva.
La imposibilidad de distinguirlas a simple vista "era uno de los principales problemas desde que se inventó el electrocardiograma", dijo a Efe el profesor Raúl Jiménez Castro, de
En la actualidad, para poder reconocer estos dos tipos de taquicardia, los médicos introducen un catéter en la aurícula, un método invasivo que se evitará con la incorporación en los electrocardiogramas de ese software, aún en fase piloto.
La mayor precisión y certeza en el diagnóstico y pronóstico del electrocardiograma disminuirá los índices de morbilidad y mortalidad por enfermedades cardíacas, y se calcula que permitirá un ahorro de 500 millones de pesos (800.000 dólares) en el sistema público de salud de Chile.
En ese programa informático, basado en herramientas matemáticas, ha trabajado un equipo multidisciplinario, formado por médicos, matemáticos e ingenieros de diferentes especialidades de las universidades de Concepción, de Chile y Austral de Chile.
Para ello, desarrollaron dos métodos gráficos, el "fast orbital transform" o transformación orbital rápida (FOT) y el "long range visualisation" o visualización de largo alcance (LRV) con el fin de hallar información no visible y de relevancia clínica en esos electrocardiogramas.
El primero permite observar pequeños cambios en las formas de las ondas del electrocardiograma que hasta ahora no se pueden ver a simple vista, mientras que el segundo sirve para visualizar el comportamiento en frecuencia del electrocardiograma de larga duración.
El equipo ha trabajado desde hace tres años en este proyecto, de un coste de 456 millones de pesos (735.000 dólares), financiados por el Fondo de Fomento al Desarrollo Científico y Tecnológico (Fondef), así como por las universidades participantes y por otras empresas.
Según explicó Jiménez, ahora presentarán un nuevo proyecto de tres años de duración para finalizar el programa informático, que podría estar a disposición de los cardiólogos dentro de cinco años.
EFE
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