Un ACV ocurre cuando el flujo de sangre en el cerebro se ve afectado, es decir, no hay una correcta irrigación sanguínea. Este 29 de diciembre se celebra el día mundial para concientizar sobre este mal.
La pandemia COVID-19 ha cambiado el panorama en muchos países. Esta enfermedad continúa propagándose por todo el mundo. Las personas con factores de riesgo, niños y adultos mayores con problemas cardiacos, obesidad o diabetes son la población más vulnerable.
Sin embargo, cada vez más jóvenes se contagian, llegando a presentar también un infarto cerebral como complicación de la infección. El Accidente Cerebrovascular (ACV) es relativamente frecuente en pacientes con COVID-19.
Según estadísticas globales, cada 2 segundos una persona sufre un ACV. “Desde el comienzo del brote de COVID-19, varios centros han informado de una disminución en el número de pacientes con ACV que llegan a los servicios de urgencias, así como retrasos en la atención del mismo, pero los casos que arriban son más severos”, indica la Dra. Médico Neuróloga Evelyn Mariños Sánchez del Hospital Nacional Edgardo Rebagliati.
Esta patología afecta a todos por igual. Por lo que es importante que los adultos jóvenes estén atentos a los síntomas a fin de identificarlo oportunamente. La evidencia científica demuestra que cuando una persona no actúa de manera rápida frente a un infarto cerebral (o como el público suele mal denominarlo “derrame cerebral”), suele tener secuelas de por vida.
Un ACV ocurre cuando el flujo de sangre en el cerebro se ve afectado, es decir, no hay una correcta irrigación sanguínea. Lo que lo priva de oxígeno y deja de funcionar de manera adecuada. Esta condición puede incluso provocar la muerte.
Una reciente investigación de la Universidad de Western Ontario en Canadá, dirigido por el Dr. Luciano A. Sposato, hizo una revisión sistemática de estudios publicados en revistas científicas de los ataques cerebrovasculares asociados al virus COVID-19, encontró que alrededor de 2 de cada 100 personas hospitalizadas, por este tipo de coronavirus, sufren un ACV antes o durante su hospitalización.
Este estudio que incluía el análisis de160 pacientes, 57% hombres y 43% mujeres, de los cuales 29 eran menores de 50 años, fue el primer síntoma de COVID en el 50% de los pacientes jóvenes del estudio y el 45% no tenía ninguna comorbilidad. El ACV asociado al virus tiene una mortalidad de entre el 35% y 45%, por encima del reportado para ACV severos no vinculados a la enfermedad pandémica, que oscilan entre el 15% y el 30%4.
La Dra. Evelyn Mariños, explica que muchos de los pacientes jóvenes no reconocen las señales de alerta de un ACV. “Es muy importante identificar sus signos, a fin de actuar con rapidez. Cuando más pronto se administre el tratamiento, existen más posibilidades de minimizar el daño”, subraya.
¿CÓMO DETECTARLO DE MANERA RÁPIDA?
La especialista nos brinda las siguientes pautas para reconocer los síntomas de esta enfermedad. Suele ser la suma de 2 o más de los siguientes síntomas:
- Parálisis o adormecimiento repentino en la cara.
- Debilidad o disminución de la sensibilidad de un brazo o una pierna, en un mismo lado del cuerpo.
- Dificultad al hablar: Confusión repentina para decir frases cortas o entender a otros, habla gangoso.
- Desequilibrio al caminar y/o pérdida de la coordinación.
- Dolor de cabeza fuerte y repentino sin motivo aparente.
- Entre otros.
Si presenta cualquiera de estos síntomas, la persona debe acudir de inmediato al centro de salud más cercano para ser evaluado por un especialista. No debe retrasar su traslado a un centro hospitalario. Debe llegar antes de las primeras 4.5 horas de presentar el primer signo, para determinar si es o no tributario a tratamiento trombolítico (medicación destinada a disolver el trombo o “coágulo”) y tener más posibilidades de no presentar secuelas.
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