El ginecólogo oncólogo Gerardo Campos nos aclara algunos de los mitos más frecuentes sobre el cáncer de cuello uterino para brindar información precisa y fomentar la conciencia sobre la importancia de la prevención y detección temprana.
El cáncer de cuello uterino es una de las enfermedades más comunes entre las mujeres, pero a pesar de los avances en la prevención y tratamiento, sigue rodeada de mitos y desinformación. Estos mitos no solo afectan la comprensión de la enfermedad, sino que también impiden que muchas mujeres tomen medidas preventivas adecuadas, como la vacunación contra el virus del papiloma humano (VPH) o la realización periódica de exámenes de Papanicolaou.
En esta nota, el ginecólogo oncólogo Gerardo campos aborda algunos de los mitos más frecuentes sobre el cáncer de cuello uterino para brindar información precisa y fomentar la conciencia sobre la importancia de la prevención y detección temprana.
Mito 1: "Solo las mujeres que tienen múltiples parejas sexuales pueden contraer cáncer de cuello uterino"
Falso. No solo las mujeres con múltiples parejas sexuales pueden contraer cáncer de cuello uterino. Incluso aquellas que han tenido una sola pareja sexual pueden estar en riesgo, ya que la pareja puede haber tenido múltiples relaciones previas. Además, el riesgo también aumenta si la mujer comienza a tener relaciones sexuales a una edad temprana, ya que el cuello uterino no está completamente maduro, lo que facilita una mayor exposición al virus que puede causar el cáncer de cuello uterino.
Mito 2: "No necesito hacerme pruebas de detección porque el cáncer de cuello uterino no está presente en mi familia"
Falso. El cáncer de cuello uterino no es genético, lo que significa que no se transmite ni se hereda de una generación a otra. Su principal causa es el virus del papiloma humano (VPH), no factores familiares. Por lo tanto, el hecho de no tener antecedentes familiares de cáncer de cuello uterino no elimina el riesgo, y las pruebas de detección son fundamentales para la prevención y el diagnóstico temprano de la enfermedad.
Mito 3: "No necesito hacerme pruebas de detección de cáncer si no tengo síntomas"
Falso. Antes de desarrollar cáncer, pueden aparecer lesiones precancerosas, que son asintomáticas. Los síntomas generalmente solo se presentan cuando el cáncer alcanza un estadio clínico avanzado, como el estadio dos o tres, lo cual ocurre en aproximadamente el 75% de los casos. Por esta razón, las pruebas de detección son esenciales, incluso en ausencia de síntomas, para identificar posibles problemas a tiempo.
Mito 4: "El cáncer de cuello uterino no se puede prevenir"
Falso. A nivel mundial, esta enfermedad es prevenible, tratable y manejable mediante la prevención primaria y secundaria. La prevención primaria incluye la vacunación contra el virus del papiloma humano (VPH), que es la principal causa del cáncer de cuello uterino, mientras que la prevención secundaria se centra en la detección temprana a través de pruebas de Papanicolaou y pruebas de VPH, que permiten identificar cambios celulares precoces antes de que se desarrollen en cáncer.
Mito 5: "El cáncer de cuello uterino siempre es fatal"
Falso. Cuando se detecta en sus etapas tempranas, antes de que se desarrollen lesiones premalignas, el cáncer de cuello uterino es curable. La clave para mejorar el pronóstico es la detección temprana a través de exámenes regulares como el Papanicolaou y las pruebas de VPH, que permiten identificar cambios celulares anormales antes de que se conviertan en cáncer. Con un tratamiento adecuado a tiempo, muchas mujeres pueden superar la enfermedad por completo.
Mito 6: "No necesito pruebas de Papanicolaou si recibí la vacuna contra el VPH"
Falso. Aunque la vacuna ayuda a proteger contra los tipos más comunes del virus del papiloma humano (VPH) que causan cáncer de cuello uterino, no cubre todos los tipos del VPH. Además, la vacuna no elimina la necesidad de realizarse pruebas de detección periódicas, ya que las pruebas de Papanicolaou son esenciales para detectar cambios celulares anormales en el cuello uterino antes de que puedan desarrollarse en cáncer.
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