Casi 325 millones de personas están infectadas con el virus de la hepatitis B en el mundo, informa la OMS.
La hepatitis se ha convertido, en los últimos años, en una de las enfermedades con altas tasas de mortalidad a nivel mundial, superando incluso al VIH y la tuberculosis. Casi 325 millones de personas están infectadas con el virus de la hepatitis B y C en el mundo, según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La infección puede ser causada por virus, ingesta excesiva de sustancias tóxicas como alcohol y drogas; así como enfermedades auto-inmunitarias.
El gastroenterólogo Javier Diaz, presidente de la Asociación Peruana de Hepatología comenta que se pueden distinguir cinco tipos de hepatitis víricas, con mayores casos reportados en la zona amazónica del Perú.
“La más común es la hepatitis A, es la más benigna. Generalmente les da a los niños y se recuperan al 100%, al íntegro, sin ningún tratamiento especial. Pero las más complejas, las más complicadas, son las hepatitis que llevan a cronicidad y aquí tenemos las hepatitis B y C. Esas son más peligrosas porque llevan a complicarse, hay riesgo de que pueden llevar a cirrosis, una enfermedad crónica del hígado; y, cáncer al hígado”, afirma.
En el caso de la hepatitis A, la trasmisión se da por ingerir alimentos infectados con bacterias fecales. La hepatitis B y C tienen otros medios de contacto.
“El medio de trasmisión es el medio sanguíneo o sexual. Medio sanguíneo quiere decir jeringas, material contaminado, uso de material médico sin la correcta protección, piercings y tatuajes. Todo eso son mecanismos de trasmisión”, comenta Diaz.
Si bien la hepatitis presenta síntomas generales, como fiebre y dolor muscular, la mayoría no presenta síntomas, llevando a cuadros de cirrosis y cáncer de hígado. El especialista explica.
“Generalmente no dan síntomas y de allí gran problema: cuando los detectamos muchas veces están en cirrosis. Por eso la recomendación a todas las poblaciones de riesgo, como gente de la Amazonía y en contacto con material sanguíneo; ellos deberían hacerse un chequeo de Hepatitis B o C, así no tengan ningún síntoma”, explica.
La prevención siempre es la clave. Actualmente en el país, la inmunización de la hepatitis es parte del esquema de vacunación nacional. Alex Jaymez, jefe de la unidad de infectología de la Clínica Internacional comenta.
“La hepatitis B también tiene una vacuna que es más efectiva, que tiene una protección que va por encima del 95% con 3 dosis y dura, prácticamente, toda la vida. ¿A quiénes se les pone la vacuna? A personal de salud expuesto a riesgo, como los que trabajan con productos sanguíneos, que puedan tener esta enfermedad. Actualmente, los esquemas de vacunación también contemplan, la vacunación de la población en general”, expone.
Entre los métodos preventivos, el correcto manejo de los alimentos y la higiene de manos disminuyen los niveles de riesgo de contraer hepatitis A. En el caso de la hepatitis B, esta también puede ser contagiada de madre a hijo. Jaymez explica.
“En ese caso al niño hay que vacunarlo tempranamente, hay que prevenir el contagio a través del parto. Se recurre, en estos casos, a cesáreas, como alternativa”, comenta.
La falta de información y la poca preocupación a realizarse pruebas de detección temprana pueden conllevar a un cuadro de insuficiencia hepática y cáncer de hígado, de acuerdo con cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La hepatitis es una enfermedad que puede tratarse a tiempo. Esté atento a las señales de alerta y no deje su salud al azar.
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