Al menos 34 de las sustancias producidas por este tipo de combustión producen mutaciones genéticas en el ADN. Elmer Huerta, Consejero Médico de RPP Noticias, recomienda alejarse de la zona afectada.
Al menos 18 unidades de bomberos trabajan para apagar un incendio en un depósito de llantas ubicado en la avenida Héroes del Alto Cenepa en San Martin de Porres. Las 3 sustancias químicas que integran el humo de llantas quemadas incrementan el riesgo de tener cáncer.
"Cuando se quema una llanta se producen al menos 34 compuestos químicos, que son las sustancias principales, mutagénicas, que actúan en el ADN y que pueden predisponer a cáncer", afirma Elmer Huerta, Consejero Médico de RPP Noticias.
Huerta explicó que el humo presenta dos componentes: por un lado las partículas grandes que producen irritación en la piel, ojos y nariz; y por el otro, las más peligrosas, las partículas microoscópicas que ingresan a los pulmones, se integran en el torrente sanguíneo y causan modificaciones genéticas.
"Las sustancias químicas son las que causan mayor daño. El arsénico, níquel, zinc, cadmio, mercurio y cromo se encuentran en el humo de las llantas quemadas", comentó. La recomendación es alejarse del lugar donde se produzca este tipo de incendios. Las mascarillas solo protegen de las partículas grandes, más no de las sustancias químicas.
Por su parte, el médico neumólogo de la Clínica Internacional José Luis Cabrera sostiene que exponerse a estos gases puede producir dos tipos de daños: agudos, que se presentan durante la emisión de la humareda tóxica proveniente de la combustión de los materiales; y crónicos, que muestran síntomas después de meses, años y hasta décadas. Cabrera menciona que las personas con problemas coronarios, de hipertensión arterial y que han tenido infartos pueden presentar mayores consecuencias.
Tras exponerse ante el humo tóxico, los pacientes pueden presentar como no sentir algún síntoma. La prevención es importante. Si se expuso a este tipo de humo por más de una hora, acuda al médico de inmediato. Pacientes con diagnósticos de complicaciones respiratorias, niños, adultos mayores y mujeres embarazadas deben ser evaluados con prioridad.
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