Doctor Elmer Huerta comentó estudio psicológico en Hablemos de Salud.
Salud
Nalgadas producen problemas de salud mental en niños
Dar nalgadas a los niños con el fin de educarlos trae problemas en el futuro a su salud mental. Este hecho fue comprobado por un estudio difundido hoy por el doctor Elmer Huerta en el programa radial Hablemos de Salud.
Según la investigación, castigar a los niños y niñas con nalgadas provoca rebeldía, comportamiento antisocial, personalidad agresiva, produce trastornos de personalidad agresiva y problemas de salud mental.
El doctor Elmer Huerta explicó que para realizar este trabajo de investigación se analizaron datos de 50 años de estudios. “El estudio propone que los padres entiendan que nalguear a sus hijos es erróneo, quieren educarlos y volverlos dóciles pero solo están agravando el problema”.
El doctor Huerta planteó la idea de que estas nuevas ideas sobre la paternidad son una evolución en la educación que brindamos a los hijos. “Muchos padres de mi generación, de 40 50 60 años dirán que esto no tiene mucho sentido. ‘Yo he criado así a mi hijo y ahora es un arquitecto’, dirán. Pero ¿cómo sabemos que no tienen problemas de salud mental?”.
El galeno explicó que los problemas de salud mental son muy comunes a nivel global, pero que pasan desapercibidos debido a que las personas se resisten a hablar de ello, y solo asisten a los profesionales de la salud mental cuando están enfermos.
Al ser preguntado por la manera correcta en la que se debería educar a los hijos, Huerta explicó que existen otras maneras de corregirlos. “Hay otros tipos de castigos, como privar a los niños de las cosas que les gustan, así como hacerlos entender que lo que han hecho está mal, razonar con ellos. Los niños razonan, pero para los padres es más fácil agarrarlos a nalgadas”.
El doctor también recomendó asignar a los hijos responsabilidades a una temprana edad, cuanto más temprano mejor. “Hay maneras de comenzar a hacer esto. Primero realizar las labores con ellos, acompañarlos y enseñarles”.
“Es como cuando los niños no quieren comer verduras. Si les pones la zanahoria redondita, con un apio que parece una nariz, y le dices ¡Vamos a comer! Sí lo van a comer. Es difícil ser padre, no es una labor sencilla”.
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