Donar órganos es dar vida. En Perú, solo existen 1.5 donantes por cada millón de habitantes. Alejandro, un niño de cinco años, necesita con urgencia un trasplante de corazón para salvar su vida.
Alejandro es un niño de cinco años que se encuentra a la espera de un trasplante de corazón que podría salvarle la vida. Él es uno de las casi 2000 personas que se encuentran en la lista de espera para recibir algún órgano. En Perú, esperar por un órgano puede llevar muchos años e incluso algunos pacientes fallecen antes de obtenerlo a causa de la falta de cultura de donación: según cifras del Ministerio de Salud, solo hay 1.5 donantes por cada millón de habitantes, una de las tazas más bajas de la región.
A diferencia de Argentina, donde fue aprobada la "Ley Justina" que obliga a toda persona mayor de edad a convertirse en donante de órganos, salvo que exprese su voluntad de no serlo antes de morir, en el caso peruano urgen leyes para facilitar la donación voluntaria.
La directora de la Dirección de Donaciones, Trasplantes y Banco de Sangre del Ministerio de Salud (Minsa), Luz Meza Vargas, el principal problema para encontrar donantes es la negativa de la familia de la persona fallecida con muerte cerebral, ya que existe la creencia que la operación de trasplante daña la apariencia física del familiar fallecido.
“Esto es falso. La donación no ocasiona daño en la apariencia física del donante, pues el proceso de extracción se realiza con todos los cuidados de una intervención quirúrgica”, señaló.
En el caso de Alejandro y de otros pacientes, se agravan con el tiempo de espera. Un trasplante puede mejorar su calidad de vida y hasya salvarlos de la muerte. "Hacer un trasplante de órgano es dar calidad de vida. Desde enero, tenemos 35 donadores, al mes máximo tenemos 2 o 3 donantes", explica.
El tema de la donación está muy marcado por la desconfianza y temor de los ciudadanos, principalmente cuando se trata de un familiar fallecido. Uno de estos temores es el tráfico de órganos. Cada intervención quirúrgica cuenta con un reporte y está presente un equipo multidisciplinario.
Para ser receptor y donante no límite de edad, todo depende de la necesidad de salvar: En un donante mayor de 60 años, las posibilidades de utilización del órgano son menores.
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