El médico traumatólogo Luis Cotillo, especialista en medicina deportiva, desmiente algunos de los mitos más comunes sobre el ejercicio físico, aclarando lo que realmente sucede en nuestro cuerpo cuando nos ejercitamos y cómo podemos entrenar de manera más efectiva y saludable.
En el mundo del ejercicio físico, circulan numerosos mitos que pueden llevarnos a malinterpretar cómo realmente funciona nuestro cuerpo durante el entrenamiento. Muchas veces escuchamos afirmaciones como que una barriga plana se logra únicamente haciendo abdominales o que cuanto más sudemos, más grasa quemamos. Sin embargo, estos conceptos son erróneos y pueden ser perjudiciales para nuestras expectativas y prácticas de salud.
En esta nota, el médico traumatólogo Luis Cotillo, especialista en medicina deportiva, desmiente algunos de los mitos más comunes sobre el ejercicio físico, aclarando lo que realmente sucede en nuestro cuerpo cuando nos ejercitamos y cómo podemos entrenar de manera más efectiva y saludable.
Mito 1: "Para tener un barriga plana, hay que hacer puros abdominales"
Falso. El abdomen está compuesto por varios planos musculares, y si una persona tiene exceso de grasa, esta se acumula sobre los músculos abdominales, provocando que la barriga sobresalga. Este exceso de grasa también puede afectar la postura, ya que hace que la columna se incline hacia adelante, lo que genera dolor lumbar. Para reducir este problema, es necesario disminuir la ingesta calórica y realizar ejercicios cardiovasculares. Si bien los ejercicios de fortalecimiento abdominal ayudan a tonificar los músculos, no son suficientes para reducir el tejido graso en esa área.
Mito 2: "La grasa se convierte en músculo con el ejercicio"
Falso. Es importante entender que la grasa y el músculo son dos tipos de tejidos completamente diferentes. Si no se realiza un trabajo de fortalecimiento muscular, el exceso de grasa se infiltra en los músculos, lo que provoca debilidad muscular. La grasa no se convierte en músculo ni el músculo en grasa. Cuando se pierde peso, lo que ocurre es que el tejido graso disminuye, pero no se quema ni se transforma en músculo.
Para crear músculo, es fundamental realizar ejercicio de forma constante y dosificada, no solo por estética, sino también por salud. El ejercicio debe ser parte de la rutina diaria a lo largo de todo el año, no solo cuando se acerca el verano. Al igual que dormir, comer o respirar, el ejercicio debe ser una actividad regular, ya que sus beneficios se logran con la constancia y no con un enfoque esporádico.
Mito 3: "Si soy mujer y levanto pesas, me volveré voluminosa"
Falso. Las mujeres tienen niveles bajos de testosterona, por lo que no experimentan un aumento significativo de volumen muscular a menos que utilicen esteroides. En cambio, los hombres, debido a sus niveles más altos de testosterona, sí pueden aumentar su masa muscular de manera más notoria con el ejercicio intenso. Es importante señalar que los ejercicios deben ser supervisados por un profesional con conocimientos en fisiología del deporte, para asegurarse de que se realicen correctamente y evitar posibles lesiones.
Mito 4: "Cuanto más sudo, más grasa quemo"
Falso. El sudor es una respuesta del cuerpo para regular la temperatura y evitar el sobrecalentamiento, y no está relacionado directamente con la quema de grasa. De hecho, cuando sudamos, estamos perdiendo líquidos y, si no nos hidratamos adecuadamente, podemos deshidratarnos. Por eso, es importante realizar un ejercicio dosificado, que sea adecuado a nuestras capacidades, para evitar la deshidratación y asegurar que el cuerpo funcione de manera óptima durante la actividad física.
Mito 5: "Si no me duele cuando hago ejercicio, no estoy logrando nada"
Falso. El dolor es una respuesta natural del cuerpo, pero no siempre es indicativo de que estés haciendo un buen entrenamiento. Es fundamental realizar los ejercicios de manera gradual y controlada, adaptándolos a tu nivel físico para evitar un dolor intenso o lesiones. Un entrenamiento bien planificado debe desafiarte sin poner en riesgo tu bienestar, y los avances en fuerza y resistencia no siempre van acompañados de dolor.
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