El miedo, la falta de apoyo y el historial de violencia son tres razones por lo que mujeres agredidas deciden callar antes de denunciar.
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Las víctimas tienen una gran desconfianza en las instituciones estatales, según la directora del Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán, Liz Meléndez.
Día a día, las mujeres se ven expuestas a agresiones físicas y verbales en los diversos ambientes de nuestra sociedad (amigos, familia, trabajo, etc.). A criterio común, las personas ven un temor en ellas que no les permite pronunciar si quiera una minúscula acusación. Sin embargo, no solo se trata de miedo.
El programa radial "Sin Vueltas" de RPP Noticias realizó una encuesta sobre las razones por las que algunas mujeres no denuncian la violencia de sus agresores. El miedo fue la respuesta más escuchada entre los participantes. ¿Es la única?
“Yo le devolvería la responsabilidad al Estado. Hay una gran desconfianza en las instituciones estatales, una gran sensación de impunidad. Independientemente que estemos saludando nuevas medidas legislativas, esto no necesariamente se está traduciendo en el cotidiano de las mujeres. Ellas van a denunciar y a veces no logran hacer la denuncia porque encuentran una mala respuesta o porque no se les da una salida”, explica la directora del Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán, Liz Meléndez.
Meléndez indica que la sociedad estigmatiza a las mujeres como víctimas de violencia. Ella considera que es necesario que se brinde un apoyo sostenido y real de parte de las instituciones en el que se utilice la empatía como principal herramienta al tratarlas.
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A una víctima de violencia se le debe tratar empatía.
Según el Observatorio para la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Perú es el octavo país de América Latina que cuenta con el mayor índice de feminicidios. “En lo que va del año, hasta abril, tenemos una cifra de 43 feminicidios. Esto significa un promedio de 10 mujeres que mueren asesinadas. La mayoría de ellas en manos de sus parejas o exparejas sentimentales al mes”, sostiene la ministra de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, Ana María Mendieta.
Los feminicidios son consecuencia de un historial de violencia. “A veces se inicia con un grito o con un golpe, pero termina con estos hecho tan graves, los que vemos muchas veces en televisión, ¡que fueron grabados por vecinos que escuchan la desesperación de estas mujeres!”, agrega Mendieta.
“Este es un problema multifactorial: del individuo, de la pareja, de la sociedad. Desde el punto de vista individual, la exposición a la violencia en la infancia, la escasa educación, la escasa edad de la mujer, el uso del alcohol, son factores de riesgo”, asegura la psiquiatra Martha Rondón.
Según los especialistas, hace falta apoyo de las diferentes autoridades encargadas de la salud y la sociedad, pues existe una diferencia de poderes entre géneros. Se debe tomar consciencia sobre las formas de relaciones interpersonales: no tolerar la violencia y dejar de lado el machismo. Es importante aprender a negociar los conflictos entre hombres y mujeres sin agredir.
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