El doctor Elmer Huerta, asesor médico de RPP, nos habla de un estudio que busca identificar los factores comunes que contribuyen a la felicidad en el mundo actual. En una época en la que el rendimiento y la productividad rigen muchos aspectos de la vida, ¿qué elementos siguen siendo esenciales para alcanzar una vida plena?
Durante mucho tiempo ha existido la creencia de que, antes de la Revolución Industrial, las personas eran más felices a pesar de tener menos bienes materiales. Esta percepción se basa en que, en aquel entonces, la felicidad dependía de tres aspectos esenciales: la relación de cada individuo consigo mismo, la conexión con su trabajo y su vínculo con el medio ambiente. Estos elementos eran suficientes para brindar una sensación de plenitud y bienestar.
Sin embargo, con el inicio de la Revolución Industrial, a principios del siglo XIX, se produjo un cambio drástico en la forma en que se entendía y medía la felicidad humana. Comenzaron a introducirse nuevas métricas, como el rendimiento por hora de trabajo, el crecimiento económico de una sociedad y la expectativa de vida. Estos indicadores transformaron la percepción del trabajo, del envejecimiento y del entorno.
Estas nuevas formas de medición trajeron consigo una serie de consecuencias sociales y emocionales. Según diversos autores, el énfasis en la productividad y el rendimiento generó altos niveles de estrés y zozobra en la población. Las personas comenzaron a sentirse profundamente insatisfechas con la forma en que envejecían, desarrollando un fuerte conflicto interno al no poder aceptar con naturalidad el paso del tiempo. Al mismo tiempo, el entorno laboral se volvió una fuente de frustración, ya que muchas empresas tenían expectativas sobre el cumplimiento de métricas y el mantenimiento de niveles altos de productividad.
Con base en esto, un grupo de investigadores ha puesto en marcha un proyecto de cinco años, entre 2022 y 2027, cuyo objetivo es identificar los factores comunes que contribuyen a la felicidad actual. El estudio, de carácter global, incluye encuestas a 200 000 personas de 22 países. Con este enfoque, se busca una visión amplia y representativa del bienestar humano en el mundo contemporáneo.
Los hallazgos preliminares de esta investigación revelan datos interesantes. Por ejemplo, tener un compañero o compañera de vida -ya sea en el matrimonio o no- se relaciona directamente con niveles más altos de paz y felicidad. También se ha observado que las personas con creencias religiosas tienden a experimentar una mayor tranquilidad interior. Además, aquellas que ayudan activamente a los demás en su comunidad reportan una felicidad más profunda y sostenida.
Para llegar a estas conclusiones, el equipo de investigación analizó seis dimensiones fundamentales del bienestar humano: felicidad, salud física y mental; sentido y propósito; carácter y virtud; relaciones sociales cercanas y seguridad financiera y estabilidad material.
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