El sueño ayuda al cerebro a descansar y repotenciar su actividad. Si un niño no duerme bien, su capacidad de aprendizaje se reduce.
Hoy conmemoramos el Día del Sueño, una fecha especial para recordar la importancia de este acto vital que hacemos todos, pero no nos detenemos a pensar qué tan importante es para nuestra salud. Especialistas médicos nos cuentan el valor del sueño para la vida humana, en especial para los niños.
Miles de escolares en todo el país regresaron al colegio en este verano. Sin embargo, muchos de ellos no duermen las suficientes horas o duermen mal, lo que impacta en su desempeño escolar.
El neurólogo y director del Instituto del Sueño de la Clínica San Felipe, Darwin Vizcarra, nos explica qué efectos tiene el mal sueño en la actividad cerebral del menor: “El dormir bien ayuda al desarrollo intelectual del niño, la falta de sueño, por tanto, puede afectar el desarrollo cerebral del menor esencialmente impactando sobre la regulación del comportamiento. Niños con déficit de atención y trastorno de hiperactividad”.
Para evitar todos estos efectos, el otorrinolaringólogo de la clínica internacional, Manuel Cuadra, señala cuántas son las horas de sueño adecuadas para los niños, según su edad. Los niños en etapa preescolar, de 3 a 5 años, deben dormir mínimo 11 horas; entre los que se encuentran entre los 6 y los 13 años, tiene que dormir mínimo 9 horas y los adolescentes de 14 a 17 años deben morir desde las 9 horas a más.
Un mal sueño, aparte de afectar el desarrollo físico e intelectual del niño, también impacta en la creación de hormonas que se sintetizan mientras él duerme. Un ejemplo es la melatonina, la cual aporta al crecimiento del menor y al fortalecimiento de su sistema inmunológico, agregó el neurólogo Darwin Vizcarra.
Los expertos médicos en sueño concuerdan que dormir es un suceso imprescindible para la maduración mental y física de los seres humanos, en particular para los niños en proceso de aprendizaje. Así que la próxima vez que tu hijo quiera quedarse despierto en las noches ya sabes que es una mala práctica porque dormir es un sinónimo de un cerebro sano.
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