Según expertos, la memoria de trabajo y las capacidades ejecutivas se han potenciado, pero es más fácil perder la concentración y bajar la productividad.
El Internet definitivamente nos ha cambiado la vida, ha hecho que el tiempo y el espacio ya no sean barreras para acceder a información que en minutos circula a nivel mundial. En la educación ha implicado una revolución a todo nivel, desde quienes van a la escuela hasta quienes hacen cursos online e investigación.
Fue en 1991 que llegó la primera cabina de internet al Perú, pero 26 años después todavía existe una brecha digital, pues -según la Asociación de usuarios de Internet del Perú (AUIPERU)- 15 millones de peruanos aún no acceden a Internet.
Quienes desde sus dispositivos electrónicos (smartphone, tablet, smartwhatch, PC u otros) acceden a la red, podrán reconocer los beneficios y perjuicios de esta herramienta. En esta ocasión evaluaremos su impacto en la educación.
La psicóloga educacional María Julia Cárdenas destaca que los niños y adolescentes logran un "acercamiento vivencial" a través de videos, relatos y otros materiales multimedia. "Se cuenta con herramientas más allá de la palabra y los libros. Existe mucha información tecnológica valiosa que permite tener testimonios y vivenciar situaciones, como si uno estuviera en vivo".
Estas cualidades permiten capturar el interés y lograr la motivación necesaria para no perder el foco de lo que se busca. "Se aprecia que a lo largo del tiempo, el desarrollo intelectual y las habilidades cognitivas tienden a desarrollar de manera más alta a la esperada".
El alcance de Internet también ha implicado una revolución en la educación, que afecta no solo a los estudiantes. Los docentes han tenido que capacitarse, las escuelas e instituciones educativas han debido implementarse. Además, dice Cárdenas, las formas de evaluación han cambiado.
Por su parte, el neurólogo Nilton Custodio Capuñay desmiente que estar hiperconectados afecte nuestra memoria, pero sí reconoce que es más fácil dispersarnos y perder el objetivo por el que llegamos al Internet. En el caso de los que trabajan, ellos se exponen a los distractores propios de la red, los links, las redes sociales y la publicidad.
"Se llama procastinación, perder el objetivo por el que has entrado al internet. Pasa mucho, entrar a buscar algo de historia y terminas viendo farándula".
El mayor riesgo de esta exposición a la red es el sedentarismo, que causa obesidad y enfermedades crónicas no transmisibles, como la diabetes o la hipertensión.
La memoria no se ve afectada, reitera Lira, al contrario, se han fortalecido algunas habilidades. "Las capacidades ejecutivas de los alumnos son mejores que 10 años atrás. Resuelven los problemas de distinta manera, pero llegan a una solución y en más corto tiempo".
Otro beneficio -agrega el neurólogo- es que se ha potenciado la 'memoria de trabajo u online', es decir, la capacidad de realizar varias cosas a la vez, que antes era patrimonio de la mujer.
Los pacientes con males neurodegenerativos, como el Alzheimer, también podrían sacarle ventaja al Internet, porque el especialista le puede recomendar sitios especializados donde pueden ejercitar su memoria sin necesidad de salir de casa.
Los expertos coinciden en que se debe considerar el uso que se le dé al Internet, el control del tiempo de navegación y el filtrado del contenido al que se tiene alcance con solo un clic.
En el caso de los niños y adolescentes, es importante el rol de los padres para que supervisen la información que llega a sus hijos, y no sean simples espectadores.
El Internet en la educación beneficia a toda edad, sobretodo entre los 9 a 15 años, porque hay una mayor capacidad de discernimiento de la lectura.
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