La tecnología ayuda a mejorar la eficiencia y la productividad en el aula, así como a aumentar el interés de los niños y adolescentes en las actividades académicas.
Aunque la tecnología siempre ha asistido a la educación, nunca ha sido tan visible la importancia de mantenerse actualizado y contar con un enfoque amplio. De esa manera, es posible poder adaptarse a los cambios constantes en el mundo actual.
Con internet y el mundo móvil es aún más importante incorporar elementos tecnológicos a la enseñanza. Desde objetos, como pizarras interactivas y aulas virtuales hasta las redes sociales, lo importante es actualizar metodologías para alinearse a su uso y a las necesidades de los estudiantes.

Entre los beneficios de incorporar el mundo digital a la educación destacan:
1. Aceptar el uso de internet como parte de la formación. Esto permitirá a los jóvenes relacionarse mejor con otros compañeros, asistir a cursos virtuales y tener a la mano información de otros países y realidades.
2. La facilidad para compartir contenido facilita el acceso a información libre que antes solo podíamos encontrar en grandes bibliotecas.
3. Los nuevos formatos, como videos o webs interactivas, refrescan las metodologías de enseñanza para volver el estudio una actividad casi lúdica y mantener el interés de los niños y jóvenes.
4. El uso adecuado de las redes sociales implica compartir puntos de vista y debatir ideas, lo que lleva a que los estudiantes desarrollen un pensamiento crítico.
5. En los entornos educativos permite flexibilidad y adaptación a los distintos ritmos de aprendizaje de los alumnos. El acceso a contenidos adicionales y materiales de apoyo ayuda a los estudiantes con ritmos distintos en su aprendizaje.
6. Los profesores también tienen un control más cercano del desarrollo de cada alumno utilizando estas herramientas, y podrán tener mayor facilidad para interactuar con los estudiantes en un entorno habitual para ellos.
