El 11 de octubre se ha convertido en un día clave para celebrar el empoderamiento de las niñas, evidenciar las barreras que enfrentan en todo el mundo y sumarnos a construir un mundo más igualitario.
¿Sabías que, a nivel global, 1 de cada 4 niñas de entre 15 y 19 años no estudia ni tiene oportunidades laborales? Estos datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) nos muestran la urgencia de que año a año encontremos en el 11 de octubre, el “Día Internacional de la Niña”, una oportunidad para evidenciar las demandas de las niñas por un mundo más igualitario.
Ellas merecen crecer en un entorno con igualdad en el poder, en la representación y en el ejercicio de su libertad. Sin embargo, esto continúa siendo un reto pendiente y durante tiempos de crisis, estas desigualdades colocan a las niñas en una situación de vulnerabilidad. Esta vez, en un contexto donde Internet se ha convertido en una herramienta indispensable para continuar con su educación, las niñas se encuentran en más riesgo que nunca.
En un estudio reciente, la ONG Plan International habló con 14.000 niñas de 22 países del mundo y más de la mitad afirmó haber sido acosada y abusada en las redes sociales. Por esta razón, como ciudadanía, tenemos la responsabilidad de garantizar que cada niña tenga poder sobre su propia vida y pueda hacer uso de sus capacidades para construir su futuro, sin que el abuso silencie sus voces.
El acoso en línea impacta en su derecho a la información y la educación, además de limitar su capacidad de expresarse libremente o ejercer el activismo. Asimismo, de acuerdo con el informe, además de ser objeto de acoso simplemente por ser jóvenes y mujeres, se determinó que el racismo es uno de los motivos por los que específicamente las niñas y mujeres jóvenes afrodescendientes son violentadas, cosificadas y difamadas.
Al igual que el acoso en las calles, esta forma de abuso suele provocar daños psicológicos y también conducir a daños físicos reales. Por ejemplo, durante el estudio, las niñas expuestas a acoso manifestaron que quedaron sintiéndose físicamente inseguras, perdieron autoestima o la confianza en sí mismas, presentaron estrés mental o emocional y problemas en la escuela.
Además, otra de las consecuencias de este grave escenario es que el 19% de las niñas acosadas dijeron que usan menos las plataformas sociales mientras que el 12% simplemente dejó de usarla. Este impacto en la conectividad de las niñas no hace más que ampliar la brecha digital entre hombres y mujeres; incrementando la exclusión, el analfabetismo digital y la falta de habilidades en el uso y creación de tecnología. De esta manera, su futuro profesional y las posibilidades de empleabilidad se ven comprometidos, pues según la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), más del 90% de los puestos de trabajo en todo el mundo ya tienen un componente digital.
¿Qué podemos hacer para cambiar esta situación?
Para la ONG Plan International, tanto los gobiernos como la sociedad deben controlar estrictamente estos abusos, y las empresas de medios sociales deben usar sus capacidades tecnológicas y sus recursos financieros para que la libertad en línea de las niñas y las mujeres jóvenes esté en el centro de su agenda. Por ello, sugiere crear mecanismos de denuncia más efectivos y accesibles, exigir castigos para los perpetradores y tomar este problema con seriedad.
De igual forma, señala que las comunidades y las familias deben tomar medidas para interactuar con las niñas de modo que se sientan seguras al hablar acerca del acoso en línea y sepan que tienen apoyo. Para esto, también es necesario brindar educación a todos los miembros de la comunidad sobre las herramientas digitales, y generar iniciativas de concientización sobre las oportunidades y los riesgos de internet, con énfasis en el abuso en línea.
Recordemos que la solución no es evitar que las mujeres y las niñas se conecten, sino enseñarles sobre seguridad en línea, protección de su información privada, cómo reconocer los sitios web que son potencialmente peligrosos y cómo protegerse del abuso y el acoso en línea. Además, entre las recomendaciones de la investigación de Plan International, recalca que, como miembros de la sociedad, debemos reconocer el daño provocado por la violencia y el acoso en línea contra las mujeres y las niñas, y convertirnos en espectadores activos que denuncien los abusos y amplifiquen las voces de las niñas.
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