El 40% de la población mundial carece de agua potable y la ONU advierte que este porcentaje puede aumentar. En esta nota explicamos cómo mejorar el uso del agua y cuál es la proyección para fines de la década.
Aunque el Perú se encuentra entre los 20 países con mayor cantidad de reservas de agua dulce en todo el mundo, según informa la Autoridad Nacional del Agua (ANA), más de 4 millones de peruanos aproximadamente no tienen acceso a una red pública para el consumo de agua, de acuerdo con el último reporte sobre agua y saneamiento del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) publicado en 2020.
La brecha es aún mayor si se toma en consideración el lugar de residencia. Mientras que en el área urbana el acceso a un servicio público de agua alcanza al 9 de cada 10 personas, en el sector rural solamente cubre a 7 de cada 10. Nuestra geografía, explica la ANA, hace que la distribución sea desigual, ya que el Perú cuenta con una disponibilidad de casi 2 billones de metros cúbicos de agua anuales, pero la vertiente del Pacífico –donde reside más de la mitad de la población– solo dispone del 2,2% de acceso al agua.
Acceso universal al agua para 2030 en la capital
Francisco Dumler Cuya, presidente del directorio del Servicio de Agua Potable y Alcantarillado de Lima (Sedapal), sostiene que al cierre del 2020, el 93% de la población limeña contaba con servicio de agua potable y un 90% con el de alcantarillado. Dumler, sin embargo, sabe que, aunque la brecha de 7% puede parecer una cifra baja, representa un aproximado de 800,000 personas.
Ante este déficit, el también exministro de Vivienda, Construcción y Saneamiento remarcó que desde Sedapal vienen trabajando para cumplir con el sexto Objetivo de Desarrollo Sostenible de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el cual propone garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible para todos hacia el fin de la década. Destaca que se trata de universalizar su acceso y convertirlo en un derecho fundamental.
“Ya tenemos todo el mapeo de los proyectos hacia 2030 que hay que hacer y financiar para cerrar la brecha”, destaca. Sabe que la planificación es clave en una ciudad donde, en los últimos 20 años, su población se ha duplicado: “En el 2030 seremos 13 millones y medio de habitantes, y lo que está sucediendo es que estos habitantes se vienen ubicando en zonas como asentamientos humanos donde es mucho más difícil llevarles el agua. Es un tema que hay que asumir con soluciones creativas”.
La prevención comienza en el hogar
Más de 1.100 millones de personas en el mundo carecen de agua potable y 31 países tienen escasez de ella, según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Este último grupo representa al 40% de la población mundial y la ONU advierte que está previsto que su porcentaje aumente. Ante estas carencias, Dulmer destaca que la mejor forma de cuidar del agua es mediante las buenas prácticas al interior del hogar.
- Usar un vaso de agua al lavarse los dientes en lugar de dejar el caño abierto.
- Lavar los alimentos en una olla en vez de uno por uno.
- Aprovechar toda la capacidad de la lavadora y evitar lavar pocas prendas solas.
- Tomar duchas eficaces y breves para un uso sostenible.
- Emplear un balde en lugar de manguera al lavar un vehículo.
El especialista resalta que es a través de acciones de sentido común que podemos cuidar y prevenir el desperdicio del agua. Durante la pandemia, aumentó su consumo por las recomendaciones de aseo y desinfección, pero aquellas personas que no contaban con conexión domiciliaria de agua se vieron perjudicadas. “Actualmente tenemos 350 cisternas contratadas, que hacen entre tres a cuatro viajes al día. Son 40 mil viajes de cisterna al mes”, destacó.
Aunque la proyección sobre el acceso universal al agua para 2030 en la capital es positiva, su conservación y cuidado sostenible por parte de la población es clave para un tratamiento óptimo de las empresas prestadoras de estos servicios y, por lo tanto, para seguir cerrando brechas, enfatiza Dulmer.
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