La infraestructura escolar cumple un rol importante en el rendimiento educativo. Por esta razón, es necesaria la construcción de colegios que se adapten a las realidades geográficas y culturales del territorio nacional.
Contar con espacios de aprendizaje en buen estado es determinante para que los niños, niñas y adolescentes de nuestro país tengan un buen rendimiento escolar. De acuerdo con la UNESCO, la tasa de abandono escolar en América Latina es de 17% y es mayor en las zonas rurales. Sin embargo, varios estudios han encontrado que las condiciones físicas de los edificios escolares afectan positivamente las tasas de finalización, culminación del ciclo y el incremento de matrícula.
En el Perú, el Banco Mundial encontró que invertir en instalaciones escolares tiene un efecto positivo en las tasas de asistencia de los alumnos. Asimismo, es importante recordar que todos los estudiantes tienen derecho a contar con instituciones educativas dotadas de infraestructura adecuada y segura, mobiliario, materiales y recursos educativos, equipamiento con tecnología vigente y servicios básicos indispensables para el proceso de enseñanza y aprendizaje.
De esta manera, a tan solo un año del bicentenario, el Ministerio de Educación (MINEDU) tiene un gran desafío respecto a la reducción de la brecha de infraestructura educativa en nuestro país. Por esta razón, busca que a través del plan integral “Escuelas Territorio” se puedan implementar espacios eficientes, acordes a la diversidad y necesidades del territorio nacional. Para el año 2021, estima construir 2.803 escuelas que contribuyan a la formación de agentes de cambio comprometidos con el desarrollo de sus comunidades.
¿En qué consiste construir escuelas de acuerdo al territorio?
Para el Ministerio de Educación (MINEDU), la disponibilidad de infraestructura educativa adecuada es identificada como una de las condiciones que generan exclusión. Estos problemas abarcan desde problemas de calidad de la infraestructura –como encontrarse en estado de deterioro y falta de servicios de electricidad y saneamiento– hasta la no correspondencia con las características socio-culturales y geográficas del lugar donde se ubica.
Por ejemplo, en los colegios ubicados en la selva se contaría con espacios amplios y ventilados acordes con el clima cálido, mientras que en los colegios de zonas de heladas se necesitarían sistemas de calefacción. Por ello, “Escuela Territorio” garantizaría que los estudiantes puedan aprender en espacios de calidad y de acuerdo a las principales zonas bioclimáticas de nuestro país: costa, costa lluviosa, sierra, heladas y selva.
Según el Programa Nacional de Infraestructura Educativa, estas son las características ideales para la construcción de escuelas modulares de acuerdo a las principales zonas bioclimáticas:
Costa: Por su clima templado y húmedo con neblina, debe existir una integración entre los espacios abiertos y cerrados. En esta zona la escuela se construye siendo conscientes de que la formación de los alumnos se debe dar tanto fuera como dentro del aula, por lo que se necesita una serie de espacios cubiertos y semi-cubiertos con tecnología que ayude al control de la fuerte luz solar característica de la costa.
Costa lluviosa: Para esta zona es importante la implementación de sistemas de ventilación e instalaciones que generen una cubierta que evite la radiación solar. Además, con el fin de promover la sostenibilidad ambiental, se aprovecharía el recurso de la lluvia a través de un sistema de recolección de agua que más tarde podría ser usada en el riego de pequeñas áreas verdes.
Sierra: Según el clima variable de esta zona, las aulas deben contar con ventanas largas para una mayor captación de luz solar y usar materiales como el concreto para las zonas frías. Asimismo, en la construcción de escuelas según las necesidades y recursos de la región andina, se tomará en cuenta la cosmovisión y los saberes locales, así como la integración entre el contexto urbano y rural. Su diseño debe permitir agrupar otras funciones en beneficio de la comunidad y el uso semi-público de las instalaciones.
Heladas: Estas escuelas están pensadas para aprovechar al máximo la incidencia solar en periodos críticos, cuando la temperatura puede descender hasta los -20 grados centígrados en algunas regiones. La construcción está diseñada para proteger las aulas de los vientos predominantes y las temperaturas extremadamente frías. En cuanto a sostenibilidad, se plantea la implementación de huertos para la siembra de especies originarias como la papa, la quinua, ichus verdes, entre otros.
Selva: Las estructuras de estas escuelas están pensadas para promover la integración con la naturaleza. Asimismo, según las características climáticas de la región, la construcción tendría espacios ventilados y techos con tecnología que aprovechen la energía solar y la lluvia. En cuanto a sostenibilidad, el agua de lluvia recolectada sería usada más tarde para el riego y en los servicios higiénicos.
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