La interrupción escolar afecta en mayor medida a estudiantes de zonas rurales, a quienes hablan lenguas originarias y a niñas y adolescentes mujeres. Algunas razones detrás del abandono son los problemas económicos, familiares y el embarazo adolescente.
La educación es un eje pendiente de cara al Bicentenario y uno de sus puntos débiles es el que se refiere a la interrupción escolar. Aunque en el Perú la tasa de deserción escolar mostraba una tendencia a la baja en los últimos años; con la pandemia, las cifras han aumentado en ciertos niveles educativos.
Según cifras del Ministerio de Educación, se calcula que unos 300 000 estudiantes dejaron de ir al colegio en 2020. En el periodo interanual de 2018-2019 a 2019-2020, las cifras de deserción escolar aumentaron en inicial de 2,2% a 4,4% y en primaria de 1,3% a 2,1%. Por su parte, en secundaria la cifra se redujo de 3,5% a 2,9%. En el mismo periodo, la deserción de los servicios privados aumentó en primaria de 1.2% a 3.1% y en secundaria de 2% a 2.8%.
La interrupción escolar —también conocida como deserción escolar— afecta en mayor medida a estudiantes de zonas rurales, a aquellos que hablan lenguas originarias y a niñas y adolescentes mujeres. El Banco Mundial subraya que, “en los países con ingresos bajos, menos de dos tercios de las niñas termina la escuela primaria y solo 1 de cada 3 completa el primer ciclo de la escuela secundaria”.
El ministro de educación Ricardo Cuenca, ya ha mencionado que la interrupción en las áreas rurales es un problema recurrente en nuestro sistema educativo y que sus indicadores duplican los de zonas urbanas. Asimismo, ha resaltado que, aunque se acostumbra a usar la palabra “deserción” o “abandono”, en realidad lo correcto sería llamarlo “interrupción de estudios”, ya que “la responsabilidad no es solo de los estudiantes y además porque siempre estará abierta la posibilidad de retomar los estudios”.
¿Por qué razones los escolares abandonan los estudios?
Datos de la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO), al segundo trimestre de 2020, indican que los principales motivos por los que los escolares abandonan la educación básica regular son los problemas económicos (75.2%), los problemas familiares (12.3%) y la falta de interés (4%). En el caso de los escolares de secundaria, un factor adicional es la necesidad de trabajar.
De acuerdo con Quentin Wodon, economista del sector educación del Banco Mundial, en el caso de las niñas y adolescentes mujeres, algunas razones por las que no pueden acabar la escuela, además del aspecto económico, son el matrimonio precoz, el embarazo adolescente y el escaso aprendizaje en las clases. Asimismo, resalta que “las normas sociales y los roles de género afectan también la capacidad de las niñas de permanecer en la escuela”.
Sumado a esto, hay que tener en cuenta los problemas de conectividad a Internet, la falta de equipos para el acceso, así como la carencia de TV y radio a nivel nacional; sobre todo en el contexto actual en el que la estrategia Aprendo en Casa se da principalmente por estos medios. Aunque se pretende que con ella la educación a distancia sea una realidad para que ningún estudiante pierda el año escolar, esto no necesariamente se cumple por la falta de recursos.
El documento “Predictores de la deserción escolar en el Perú” publicado por GRADE en julio de 2020, explica que las características de los estudiantes que han abandonado la escuela o que están en riesgo de hacerlo son “haber repetido de grado una o más veces, estar en situación de pobreza o pobreza extrema, mostrar bajo rendimiento educativo y pertenecer a un grupo indígena”. De igual manera, explica que, si un mismo estudiante cumple más de una de estas características, tiene mayor riesgo de dejar la educación básica.
Estudios interrumpidos: ¿Cómo afecta a los estudiantes?
Interrumpir los estudios tiene consecuencias negativas para los estudiantes. Por un lado, se incrementan los niveles de pobreza y existe una mayor probabilidad de que los escolares sufran el trabajo infantil. Julián Suárez, vicepresidente de Desarrollo Sostenible del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) señala que los estudiantes que abandonan la escuela suelen pasar más tiempo desempleados y son más propensos a conseguir empleos informales a futuro, sin derechos ni beneficios laborales y con ingresos mínimos.
Asimismo, tienen menos herramientas para los desafíos que aparecen durante y después de su educación. Según el estudio de GRADE, mientras más temprano se produce el abandono escolar, mayor efecto se observa en las habilidades a los 19 años. De igual forma, la interrupción escolar eleva el riesgo de embarazo adolescente y hace que los niños, niñas y adolescentes sean más propensos a sufrir violencia, incluso en la vida adulta.
Avances para frenar la interrupción de estudios escolares
Aunque las cifras se han tornado negativas por motivo de la pandemia, sobre todo para inicial y primaria, también se han dado buenas noticias. El Minedu señala que la deserción escolar en Lima Metropolitana se redujo a la mitad en el año 2020, ya que se pudo lograr un retorno de 52.8% en las instituciones educativas con mayores índices de interrupción de los estudios, así como el regreso de cerca de 39 000 estudiantes a la Educación Básica Regular.
Por parte del Gobierno, se han puesto en marcha diversas estrategias como la iniciativa “La educación no para”, de la Dirección Regional de Educación de Lima Metropolitana (DRELM), que, con un equipo de voluntarios, logró el acercamiento a los estudiantes y sus familias para evitar la interrupción de los estudios.
Por su parte, el Minedu ha implementado “Alerta Escuela”, una herramienta para los directores de instituciones educativas, a la que pueden acceder a través de la página web del Sistema de Apoyo a la Gestión de la Institución Educativa (SIAGIE). Esta muestra el riesgo de interrupción de estudios de cada estudiante según su sección y grado diferenciándolos con tres colores: verde (bajo riesgo), amarillo (riesgo medio) y naranja (alto riesgo). Así, se puede identificar a estudiantes con más riesgo de dejar la escuela y establecer estrategias junto con los docentes.
Desafíos pendientes para reducir las tasas de interrupción escolar
Las “Propuestas del Bicentenario – Educación” de Videnza Consultores, explican y desarrollan diversos desafíos de la educación peruana. Entre ellos, resaltan que se debe trabajar para reducir las brechas geográficas, socioeconómicas, en lengua materna y de género, así como por la conclusión oportuna en la educación básica. Otro punto pendiente es mejorar el acceso a Internet y a dispositivos de conexión a nivel nacional.
Por su parte, el estudio de GRADE hace hincapié en que se debe identificar a los estudiantes que estén en riesgo de abandonar los estudios o que ya lo han hecho, así como a sus familias, con el fin de trabajar con ellos. Además, los programas a implementar deberían considerar las aspiraciones educativas de los mismos, por lo que pueden funcionar campañas que resalten las ventajas futuras de culminar la educación básica. Finalmente, subraya que se debe considerar que cada estudiante que abandona la escuela presenta una historia única que debe ser comprendida y atendida.
La interrupción escolar no solo afecta al estudiante, sino también a toda su familia. Es urgente crear estrategias que tomen en cuenta las necesidades particulares de cada estudiante y que brinden el seguimiento y apoyo necesario para que todos los peruanos y peruanas puedan acceder a educación de calidad y culminar sus estudios básicos de forma oportuna. “Integración al Bicentenario: Construyamos un país mejor”, es organizado por RPP con el apoyo de Enel y Movistar.
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