Más de 17 000 escuelas en el país han sido habilitadas para el regreso a clases con algún grado de presencialidad. ¿Es posible garantizar la seguridad de estudiantes y docentes en plena pandemia?
La pandemia paralizó todo, incluyendo la educación. La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) indica que la COVID-19 ha ocasionado una interrupción educativa sin precedentes, afectando a más del 90% de estudiantes a nivel mundial.
Muchos temían que se perdiera el año escolar, pero la educación a distancia apareció como una solución oportuna. Gracias a los esfuerzos del Gobierno, en el Perú se pudo implementar la estrategia Aprendo en Casa, que sigue brindando clases por TV, radio y web a nivel nacional. Poco más de un año después de la llegada de la pandemia, hay un nuevo desafío: garantizar un retorno seguro a las clases presenciales. ¿Será posible?
Muchos países alrededor del mundo ya han dado el primer paso. En agosto de 2020 el Congo ya había abierto sus escuelas para que los estudiantes de últimos años pudieran rendir exámenes. En Mongolia, los escolares regresaron en septiembre y a todos se les tomaba la temperatura al ingresar. En Europa, países como España, Francia y Bélgica ya retornaron a clases presenciales a inicios de este año, incluyendo a estudiantes de todos los niveles.
Si hablamos de Sudamérica, en Chile el regreso a aulas es voluntario y depende de los padres enviar a sus hijos a los colegios, mientras que en Argentina iniciaron en febrero de este año con estudiantes de nivel inicial y primaria. En todos estos casos, se han tenido en cuenta estrictos protocolos que incluyen fundamentalmente el llevar mascarilla, respetar el distanciamiento social, lavarse las manos frecuentemente, medir la temperatura corporal y desinfectar los espacios.
¿Cómo se retorna a clases presenciales en el Perú?
En nuestro país, las clases remotas han empezado el 15 de marzo, pero a partir del 19 de abril, ya se han abierto instituciones con algún grado de presencialidad. Según indicó el Ministro de Educación, Ricardo Cuenca, el 16% de escuelas a nivel nacional están habilitadas para abrir; sin embargo, solo el 1% lo ha hecho.
Esto equivale a 17 778 escuelas habilitadas de los distritos rurales del país que tienen menor riesgo de exposición por movilidad. En total, son más de 630 000 los estudiantes y más de 52 000 los docentes que pueden empezar a asistir presencialmente. Todavía ningún colegio de Lima tiene permiso, mientras que los departamentos con más colegios habilitados son Amazonas, Huánuco, Loreto, San Martín y La Libertad.
Del 5 a 19 de abril, el Minedu estableció una ruta de implementación que consta de cinco pasos. Primero, las UGEL comunican a las II. EE. si se encuentran habilitados, lo cual pueden consultar en el Sistema de Seguimiento y Alerta para el Retorno Seguro (SARES). Si se cumplen las condiciones de contexto: epidemiológicas y territoriales, se procede al segundo paso: consultar a la comunidad educativa. Si esta lo aprueba, el tercer paso incluye el acondicionamiento de las normas de bioseguridad en la institución. En cuarto lugar, se elabora el plan de implementación para esa escuela y, finalmente, se realiza la apertura del servicio educativo.
Para reforzar esta estrategia, el Consejo de Ministros ha acordado invertir 134 millones de soles para la instalación de lavamanos en 15 000 escuelas del país, así como para distribuir mascarillas y protectores faciales para los estudiantes y personal de centros educativos. De esta manera, se pretende lograr un regreso a clases seguro, flexible, gradual y voluntario, pues los padres de familia pueden decidir si enviar a sus hijos a los colegios o continuar de forma remota.
¿Qué tener en cuenta para un regreso seguro a clases?
El documento “Mensajes y acciones importantes para la prevención y el control del COVID-19 en las escuelas” elaborado por la Organización Mundial de la Salud junto con Unicef y la Federación Internacional de la Cruz Roja (IFRC), indican que algunos principios básicos de seguridad son los siguientes:
1) Los estudiantes, los maestros y otros miembros del personal que estén enfermos no deberían asistir a la escuela.
2) Las escuelas deben hacer obligatorio lavarse las manos frecuentemente con agua limpia y jabón o con un desinfectante de manos con contenido de alcohol, así como la desinfección y la limpieza diaria (como mínimo) de las superficies de la escuela.
3) Las escuelas tienen que proporcionar instalaciones de agua, saneamiento y gestión de residuos y seguir procedimientos medioambientales de limpieza y descontaminación.
4) Las escuelas deben promover el distanciamiento social, lo cual incluye limitar la asistencia de grupos numerosos. Se recomienda escalonar las horas del comienzo y la finalización de la jornada escolar y dejar un espacio mínimo de un metro entre los pupitres.
5) Otras acciones incluyen aumentar la ventilación cuando el clima lo permita, colgar carteles que promuevan buenas prácticas de higiene y desechar la basura correctamente cada día.
En esa línea, la UNESCO, ha elaborado una guía práctica para el regreso seguro a la escuela. En ella, indica que antes de la reapertura se debe hablar con los niños, niñas y jóvenes sobre cómo se sienten sobre regresar a clases presenciales. Luego de la reapertura, hace hincapié en que se deben monitorear las ausencias e implementar medidas para gestionar o prevenir riesgos a la salud, y priorizar el apoyo psicosocial y las actividades de aprendizaje socioemocional.
La educación es uno de los ejes pendientes de cara al Bicentenario y el proceso de regreso a clases presenciales se presenta como una oportunidad única para construir una educación equitativa y de calidad. Con inversión y un plan estructurado podremos lograr que todos los peruanos y peruanas reciban la educación que merecen. “Integración al Bicentenario: Construyamos un país mejor”, es organizado por RPP con el apoyo de Enel y Movistar.
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