La principal diferencia es que los chimpancés rotan su pelvis más que los humanos, pero el tórax cumple la misma función.
Los chimpancés muestran “similitudes sorprendentes” con los humanos en la manera en que rotan el cuerpo cuando caminan sobre dos patas, lo que sugiere que nuestros ancestros similares a los chimpancés podrían haber caminado de una manera más eficiente de lo que se pensaba.
Esas similitudes sugieren que la morfología esquelética similar a la del chimpancé “no habría impedido la locomoción bípeda en el homínido Australopithecus afarensis y sugiere” que es probable que esa facultad estuviera presente en otras especies previas de la evolución de los homínidos.
El modo de caminar de los humanos se caracteriza por la coordinación de movimientos de la pelvis y el tórax, que se mueven en direcciones opuestas durante la zancada, lo que permite dar pasos más largos y emplear el balanceo de los brazos para compensar la rotación de las caderas.
Sin embargo, se consideraba que los chimpancés, cuya región lumbar es mucho más corta que la humana, mantenían rígidos la pelvis la región lumbar y el tórax cuando caminan sobre dos patas, según un estudio publicado por la revista Nature Communications.
Un equipo de la Universidad Stony Brook (EE.UU), dirigido por Nathan Thompson, realizó un análisis cinemático para observar los movimientos independientes de la pelvis, la zona lumbar y el tórax, tanto en humanos como en chimpancés, estos últimos entrenados para caminar de pie.
Aunque la dirección en la que la parte superior del cuerpo se alinea durante el paso es diferente entre humanos y chimpancés, la magnitud de sus movimientos en relación con la pelvis es “casi idéntica”, indica el estudio.
Una diferencia clave es que los chimpancés rotan su pelvis mucho más que los humanos, a pesar de que el movimiento de la región torácica tiene la misma función de contrarrestar una rotación excesiva de la misma, explica el estudio.
EFE
TE PUEDE INTERESAR:
Comparte esta noticia