Según una investigación, la contaminación en grandes ciudades representa un gran riesgo de enfermedades y también disminuye la calidad del esperma.
(Agencia N+1/ Beatriz de Vera). En El cuento de la criada, la novela distópica de Margaret Atwood (sobre la que la cadena HBO ha hecho una serie homónima recientemente), los problemas medioambientales acaban casi por completo con la fertilidad, y solo un puñado de mujeres, que acaban esclavizadas, son capaces de concebir. Y aunque aún la realidad no supera la ficción, lo cierto es que los problemas para tener hijos son cada vez más frecuentes.
Y en las casi 48 millones de parejas en todo el mundo que intentan quedarse embarazados y no pueden (así como en la historia apocalíptica de Atwood, aunque en esta, nombrar esta idea es tabú) la infertilidad es, principalmente, masculina. Una nueva investigación sugiere que ciertas partículas de aire de menos de 2.5 micras de tamaño están afectando el desarrollo de esperma humano, que aunque parezca un cambio insignificante, puede determinar la posible concepción de un niño.
El estudio
Aunque ya se había demostrado que la materia particulada ambiente o material en suspensión (diminutos cuerpos sólidos o de gotitas de líquidos dispersos en la atmósfera como metales pesados e hidrocarburos aromáticos policíclicos) afecta a los espermatozoides de los animales en condiciones de laboratorio, los resultados de los estudios de campo en humanos habían sido inconsistentes. El nuevo estudio, publicado en BMJ apunta como culpables en parte, a una variedad de factores ambientales que pueden afectar la calidad de los espermatozoides, incluidos los contaminantes como los pesticidas.
El equipo de científicos, de la Universidad de Hong Kong (China) ha estudiado la influencia del material en suspensión en la atmósfera sobre los espermatozoides donados por 6.475 individuos que viven en Taiwán, y que habían participado previamente en un programa estándar de exámenes médicos, por el que los investigadores reunían información detallada sobre su salud y la de sus gametos.
Resultados
Dado que un ciclo de espermatozoides típico es entre 40 y 100 días, los investigadores estudiaron muestras tomadas con tres meses de diferencia durante un período promedio de dos años. Con los datos, y después de descartar otros factores posibles, como el tabaquismo y el consumo de alcohol, los científicos identificaron una coincidencia significativa entre la exposición a las partículas y el tamaño, forma y nivel de actividad de los espermatozoides dentro de las muestras: cada aumento de cinco microgramos de partículas por metro cúbico de aire se asoció con un poco más de una caída del 1% en las proporciones de espermatozoides normales a anormales.
Pero hay que ser prudentes con los resultados, el estudio solo puede insinuar que existe una relación, sin especificar la conexión precisa entre los contaminantes y los espermatozoides anormales. Los autores del trabajo tampoco tenían información sobre si los participantes habían reportado o no problemas de fertilidad, ya que un esperma pobre es un indicador, pero no se equipara necesariamente a dificultades para concebir.

