La conducta de los lobos machos que lideran manadas indica que son la especie más parecida a los humanos y, por lo tanto, deberíamos seguir su ejemplo para corregir el estereotipo de macho alfa.
El esteoreotipo de macho alfa controlador, fuerte, autoritario y agresivo, es una mala interpretación del genuino compartamiento de un macho alfa real. Por ejemplo, en una familia de lobos, el macho alfa es el que tiene una conducta masculina ejemplar. Según Carl Safina, autor de libros sobre la naturaleza y su influencia en los humanos, los lobos machos que viven en manadas en el parque nacional de Yellowstone (EEUU) no mandan de forma forzada, dominante o agresiva. Son distintos. El macho alfa puede intervenir de forma decisiva en una cacería para, inmediatamente después, irse a dormir hasta que el resto esté saciado.
Discreta confianza y seguridad en sí mismo: Según Rick McIntyre, un guardabosques que lleva 15 años estudiando a los lobos, un lobo macho alfa "sabe lo que tiene que hacer; sabe lo que más conviene a su manada. Da ejemplo. Se siente a gusto. Ejerce un efecto tranquilizador. En definitiva, el macho alfa no es agresivo, porque no necesita serlo. Piense en un hombre seguro de sí, o en un gran campeón; ya demostró todo lo que tenía que demostrar. Imagíneselo así: en dos manadas de lobos, o dos tribus humanas. ¿Cuál tiene más probabilidades de sobrevivir y reproducirse, el grupo cuyos miembros cooperan, comparten y se tratan con menos violencia unos a otros, o el grupo cuyos miembros están atacándose y compitiendo entre sí?”.
La fuerza impresiona pero la bondad deja un recuerdo imborrable: McIntyre cuenta que hubo en Yellowstone un lobo llamado 21 (por su collar). Este lobo defendía ferozmente a su familia y nunca había perdido una riña con una manada rival. Pero también le gustaba jugar a las peleas con los cachorros de su manada y dejarse ganar. "Aquel gran lobo dejaba que un lobezno diminuto se le tirara encima y le diera mordiscos. Entonces él se dejaba caer patas arriba, y el pequeño, con aire triunfador, se erguía sobre él sin dejar de menear la cola”.
Los lobos y los humanos se parecen: Si uno observa a los lobos, no solo por su belleza, su flexibilidad y su capacidad de adaptación, sino también con su violencia a la hora de defenderse y de cazar, es difícil evitar pensar que no existen dos especies más parecidas que los lobos y los humanos, explica Safina. Los humanos vivimos en grupos familiares, nos defendemos de los “lobos” humanos y controlamos a los “lobos” que llevamos por dentro. Son asombrosas las similitudes entre los lobos y los humanos.
Los lobos macho cumplen mejor su rol que los hombres: Son muy pocas las especies en las que los machos proporcionen comida y protección a las hembras y las crías durante todo el año. Las aves por ejemplo, solo llevan comida a sus hembras y polluelos durante la época de cría. Algunos peces y algunos monos solo cuidan a sus hijos mientras son pequeños, y otros solo los protegen pero no les dan de comer. En resumen, los machos alfa ayudan a obtener comida todo el año, se la llevan a las crías, ayudan a criar a los hijos hasta que alcancen la madurez y defienden a las hembras y a los jóvenes de los individuos que amenacen su seguridad. Los humanos y los lobos se parecen. Sin embargo, el más fiable, el más seguro, no es el humano, sino el lobo macho alfa porque cumple mejor sus obligaciones.
La influencia de las matriarcas: Doug Smith, otro estudioso de la conducta de los lobos, sugiere que en una manada de lobos existen dos jerarquías, una de machos y otra de hembras. "¿Y quién manda? Es sutil, pero da la impresión de que las hembras son las que toman la mayoría de las decisiones, como adónde dirigirse, cuándo descansar, qué ruta seguir o cuándo salir de caza", explica. “Yo empleo la palabra matriarca para hablar de una loba cuya personalidad establece la tónica de toda la manada”.
¿Qué es ser un macho alfa?: Safina explica que a nuestro estereotipo del macho alfa no le vendría mal una corrección. "Los lobos nos pueden enseñar varias cosas: a gruñir menos, tener más discreta confianza, dar ejemplo, mostrar una fiel devoción al cuidado y la defensa de las familias, respetar a las hembras, compartir sin problemas la crianza. En eso consistiría ser un verdadero macho alfa".
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