Esta es la segunda oportunidad para el lanzador más potente del gigante asiático desde su abrupta interrupción en 2017.
Es un día crucial para el futuro de la exploración espacial china. El Long March 5, un vehículo de lanzamiento pesado diseñado por la Academia China de Tecnología de Vehículos de Lanzamiento (CALT), inició su vuelo definitivo en una importante misión de validación de la que dependen los próximos planes del gigante asiático en el espacio exterior.
El objetivo de este “lanzamiento con retorno” es el de lanzar diversos rovers que permitirán explorar las profundidades del espacio en 2020. El lanzamiento del primer robot de exploración destinado a Marte está programado para mediados de 2020 mientras que la misión de recolección de muestras lunares Chang’e 5 también necesitará del éxito de este vuelo para llegar a la luna terrestre.
El despegue del Long March 5 sufrió un severo retraso tras un fallo detectado en la maquinaria nuclear del lanzador que provocó su interrupción y posterior rediseño tras una investigación de dos años y medio en 2017.
La importancia de esta nueva oportunidad para el cohete más poderoso de la flota china también reside en la posibilidad de lanzar módulos destinados a la estación espacial del país asiático que será completada en 2022.
De esta forma, China busca competir con la NASA estadounidense en algunos de sus principales objetivos a mediano y largo plazo como la exploración de la órbita terrestre y la luna además del siempre elusivo “Planeta rojo”: Marte.
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