Orbit Fab quiere permitir el reabastecimiento de combustible para naves y satélites en el mismo espacio.
Con el propósito de dejar de producir basura espacial y permitir más misiones en el cosmos, una compañía llamada Orbit Fab quiere poner gasolineras en órbita.
Con sede en Colorado, la empresa tiene como objetivo crear un puerto de combustible disponible para repostar satélites en órbita y ya está iniciando en sus pruebas.
Así trabajará
Orbit Fab, que se anuncia con el lema “estaciones de servicio en el espacio”, está trabajando en un sistema que incluye el puerto de combustible, lanzaderas de reabastecimiento de combustible (que entregarían el combustible a un satélite que lo necesite) y camiones cisterna de reabastecimiento de combustible, o estaciones de servicio orbitales, desde donde los transbordadores podrían recoger el combustible.
Ha anunciado un precio de 20 millones de dólares por la entrega en órbita de hidracina, el propulsor de satélites más común.
En 2018, la empresa lanzó dos bancos de pruebas a la Estación Espacial Internacional para probar las interfaces, las bombas y las tuberías. En 2021, lanzó el Tanker-001 Tenzing, un demostrador de depósito de combustible que sirvió de base para el diseño del hardware actual.
El próximo lanzamiento está previsto para 2024. "Estamos entregando combustible en órbita geoestacionaria para una misión que está llevando a cabo el Laboratorio de Investigación de la Fuerza Aérea ", señala Daniel Faber, director ejecutivo de Orbit Fab a CNN. "Por el momento, lo están tratando como una demostración, pero está despertando mucho interés por parte de todo el gobierno de Estados Unidos, de personas que se dan cuenta del valor de repostar combustible".
El primer cliente privado de la empresa será Astroscale, una empresa japonesa de servicios que ha desarrollado el primer satélite diseñado para repostar combustible. Llamado LEXI, montará puertos estandarizados y actualmente su lanzamiento está previsto para 2026.
¿Para qué lo hace?
El objetivo principal de la compañía es permitir que las empresas no conviertan a sus satélites en basura espacial.
"Cuando los satélites se quedan sin combustible, no es posible mantenerlos en el lugar correcto de la órbita y se convierten en desechos peligrosos, que flotan a velocidades muy altas y corren el riesgo de colisionar", explica Faber. “Pero también, la falta de combustible crea todo un paradigma en el que la gente diseña sus misiones de naves espaciales moviéndose lo menos posible.
“Eso significa que no podemos tener grúas en órbita para deshacernos de los escombros que queden. No podemos realizar reparaciones ni mantenimiento, no podemos actualizar nada. No podemos inspeccionar nada si se rompe. Hay tantas cosas que no podemos hacer y operamos de manera muy limitada. Esa es la solución que estamos tratando de ofrecer”.
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