El SLS tendrá tanta potencia que podrá permitir el regreso de los humanos a la Luna, pero, a futuro, podrá ser modificado para también conquistar Marte, Júpiter o Saturno.
La NASA ha terminado de ensamblar el que será su cohete más potente y grande hasta la fecha: el Space Launch System (SLS).
Este cohete, con una altura de 65 metros y 85 toneladas de peso, será el que empuje las misiones Artemisa desde este año y el que quiere cumplir una meta pospuesta desde hace década: el regreso de la humanidad a la Luna.
Totalmente potente
El primer SLS, llamado también Block 1, fue ensamblado de sus motores en marzo, para luego ser transportado a Mississippi a terminar de fabricarse. Ahora, nuevamente ha regresado al Centro Espacial Kennedy de Florida para obtener sus refuerzos laterales de impulso.
Para reducir el costo y el tiempo de desarrollo, la NASA está utilizando hardware probado del transbordador espacial y otros programas de exploración haciendo uso de tecnología de fabricación y herramientas de vanguardia.
Algunas partes del cohete SLS Block 1 son nuevas y otras partes tienen actualizado con características modernas que satisfacen las necesidades de misiones en el espacio profundo, que requieren un mayor lanzamiento niveles de rendimiento del vehículo.
La etapa central mantiene 730 mil galones de hidrógeno líquido super enfriado y oxígeno líquido para sus cuatro motores RS-25. Con esta potencia y la de dos propulsores de cohetes sólidos (SRB) de 54 metros de largo, empujará a casi 40 mil kilómetros a las cápsulas dedicadas y podrá enviar más de 27 toneladas de carga al espacio.
Este cohete SLS entrará en acción este mismo 2021 cuando empuje a la cápsula Orión a la órbita de la Luna, pero sin tripulantes. Se espera que tenga un 15% más de empuje que el cohete Saturn V, el hasta hora más potente de la agencia. La misión demostrará el rendimiento del sistema integrado de SLS y Orion antes de un vuelo con tripulación (en el 2023 y 2024).
Sin embargo, la producción del SLS solo es el puntapié inicial para la exploración espacial. Al ser evolutivo, podrá acoplarse más carga útil, capacidad de volumen y energía, por lo que podrá ser modificado para llegar a otros planetas como Marte, Saturno y Júpiter.
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