Ambas compañías trabajan arduamente en sus respectivos vehículos que servirán para la futura colonización del satélite.
Las agencias mundiales buscan que el hombre regrese a la Luna, hito que no se logra desde 1972. Para ello, las compañías NASA y SpaceX están trabajando en conjunto para volver a realizarlo, aunque cada una también esté fabricando un propio sistema que pueda cumplir con el objetivo.
Por el momento, la meta es que el hombre regrese a la Luna en 2024, pero la tecnología puede demorar múltiples motivos, entre los que destaca, por razones obvias, el dinero. ¿Cómo avanzan los proyectos?
SpaceX y Starship
Para la compañía de Elon Musk, Starship es la nave que espera viajar hasta nuestro satélite y su lanzamiento depende del Super Heavy, su sistema de lanzamiento.
Super Heavy funciona con el motor cohete Raptor, que quema una combinación de metano líquido y oxígeno líquido. El principio básico es que dos propulsores, un combustible como el querosene y un oxidante como el oxígeno líquido, se juntan en una cámara de combustión y se encienden. La llama produce gas caliente a alta presión que se expulsa a alta velocidad a través de la boquilla del motor para producir empuje. El cohete proporcionará el doble de fuerza de lanzamiento que los cohetes de la era Apolo, como resalta Space.com.
Encima del lanzador se encuentra el Starship, propulsado por seis motores Raptor y equipado con un gran almacén para acomodar satélites, compartimentos para hasta 100 tripulantes e incluso tanques de combustible adicionales para recargar en el espacio, que es fundamental para los vuelos espaciales interplanetarios de larga duración.
Tendrá el empuje suficiente para despegar de la superficie de Marte o de la Luna, y regresar a la Tierra, haciendo nuevamente un aterrizaje suave. El Starship y el Super Heavy esperan ser reutilizables al 100. La última idea es que el lanzador pueda ser retenido en la plataforma antes de su llegada a la superficie, logrando un nuevo viaje en menos de una hora.
Por el momento, el último prototipo de Starship, llamado SN9, espera ser lanzado en estos días. El SN8, aunque explotó a su llegada a suelo firme, dejó grandes datos a la empresa.
La NASA y el Space Launcher System
Con casi 100 metros de altura, el SLS busca ser el más potente de toda la historia de la agencia.
La etapa central del SLS, que contiene más de 3,3 millones de litros de hidrógeno líquido y oxígeno líquido, está propulsada por cuatro motores RS-25, tres de los cuales se utilizaron en el anterior transbordador espacial.
La etapa central del cohete se ve aumentada por dos propulsores de cohetes sólidos, unidos a sus lados, que proporcionan un empuje combinado mayor en 5% más que el Saturn V, el anterior cohete más poderoso de la agencia, en el lanzamiento.
Saliendo de la órbita terrestre, el SLS empujará a la cápsula de tripulación Orion hacia la Luna, como parte de la misión Artemisa. Esta ya esta casi terminada y a la espera de la prueba del lanzador.
Esta nave, con ventanas acrílicas para que los astronautas aprecien el viaje, volará durante 21 días bajo un propio motor y suministro de combustible. Ellos esperan llegar hasta Lunar Gateway, la sonda que funcionará como la Estación Espacial Internacional, pero en órbita lunar.
Con la prueba del SLS, se espera lanzar la primera misión Artemisa a la Luna a finales de este 2020: la cápsula, sin tripulantes, será enviada a la Luna ida y vuelta.
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