Un reciente estudio publicado por la Universidad de Portsmouth en Reino Unido detalla un método más preciso para la detección de mentiras, que ha resultado más eficaz y ético frente a los modelos actuales.
Una mentira blanca nos puede salvar muchas veces de un mal momento, pero parece que esos beneficios terminarán pronto. Un reciente estudio determina un novedoso enfoque para la detección de mentiras y que podrían reemplazar a métodos tradicionales como el polígrafo, que puede hasta entregar resultados incorrectos debido al nivel de ansiedad de una persona que, pese a ser inocente, se muestra nerviosa por el proceso.
Esta investigación publicada por el departamento de Psicología de la universidad de Portsmouth, Reino Unido, establece un nuevo rumbo para la detección de mentiras bajo la técnica de gestión de información asimétrica (AIM). En esta nueva condición, la figura es clara: mientras más diga el sospechoso, más datos se pueden recoger.
“Los mentirosos pueden, cuando se les solicite, proporcionar declaraciones detalladas”, señalan Ed Morrison y Ryan Fitzgerald, miembros del equipo de investigación. “Diseñamos una instrucción de gestión asimétrica de la información (AIM) —informar a los entrevistados, entre otras cosas, que las declaraciones más detalladas son más fáciles de clasificar con precisión como genuinas o inventadas— para alentar a los que dicen la verdad a ser comunicativos y alentar a los mentirosos a retener información”.
Lo que busca el método AIM es, en pocas palabras, dejar claro a los interrogados que, si brindan declaraciones más largas y detalladas, el investigador podrá determinar de mejor manera la veracidad de los hechos. Si dices la verdad, vas a querer decir todo. Si estás mintiendo, no vas a querer compartir mucho.
Para demostrar la hipótesis, el equipo de investigación reclutó a 104 personas que tuvieron misiones asignadas para recoger o dejar material de inteligencia a universidades. Tras la misión, a cada uno se le dijo que hubo datos expuestos y que debían someterse a un interrogatorio. Sin embargo, a la mitad se le pidió decir la verdad sobre la misión y convencer al entrevistador. El resto tuvo que inventar una historia y convencer al interrogador sobre su inocencia. Para el análisis, se aplicaron dos métodos de interrogatorio, y uno de ellos fue el AIM.
De acuerdo con los registros, las tasas de precisión en la detección de mentiras aumentaron del 48% (sin AIM) al 81%, y los que dicen la verdad brindan más información.
Los resultados de la investigación evidenciaron que cuando los sospechosos recibían estas instrucciones, se comportaron de manera diferente, en función de si están diciendo la verdad o no. Los que dicen la verdad generalmente buscan demostrar su inocencia y comúnmente brindan información más detallada. Por el contrario, los mentirosos desean ocultar su culpa. Esto significa que es más probable que retengan información estratégicamente en respuesta a las instrucciones de AIM.
“De cualquier manera, nuestro método tiene un enfoque ético, no acusatorio y de recopilación de información para las entrevistas. Las instrucciones de AIM son sencillas de entender, fáciles de implementar y parecen prometedoras. Aunque inicialmente se probó para su uso en entrevistas con sospechosos de la policía, tales instrucciones podrían implementarse en una variedad de entornos, como entornos de reclamos de seguros”, señaló Cody Porter, investigador de Psicología y Comportamiento ofensivo de la Universidad de Portsmouth.
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