La mayoría de los buques de pesca industrial llevan, por su propia seguridad, el sistema AIS o el Sistema de Seguimiento de Buques (VMS por sus siglas en inglés), pero hay sospechas fundadas de que algunas embarcaciones hacen "trampa" y lo desconectan cuando no quieren que se sepa donde están.
Expoliar la biodiversidad marina en áreas protegidas del océano ha dejado de poder ser "invisible" gracias a las nuevas tecnologías satélite, que permiten identificar los buques que pescan ilegalmente y han constatado que las áreas marinas con restricciones son eficaces para disuadir a los furtivos.
"Uno de los problemas con la actividad en el mar es que es difícil saber lo que están haciendo los barcos", aunque existen herramientas como el Sistema de Identificación Automática (AIS, por sus siglas en inglés) que los buques mercantes están obligados a llevar para que se sepa dónde están en cada momento, explica en una entrevista con EFE el ecólogo marino, Enric Sala.
Sala, es autor de una de las dos investigaciones publicadas este jueves en la revista Science que demuestran por primera vez cómo los datos aportados por los satélites constituyen la mejor herramienta para identificar a los barcos que pescan ilegalmente en zonas protegidas.
Los datos del estudio están disponibles de forma gratuita en la web de Global Fishing Watch. "Los ministerios de Pesca ya no tienen excusa para no perseguir la pescan ilegal", alerta Sala, ya que "los datos satelitetales permiten identificar la embarcación y sancionarla".
Detectar la 'flota oscura'
La mayoría de los buques de pesca industrial llevan, por su propia seguridad, el sistema AIS o el Sistema de Seguimiento de Buques (VMS por sus siglas en inglés), pero hay sospechas fundadas de que algunas embarcaciones hacen "trampa" y lo desconectan cuando no quieren que se sepa donde están.
"Los capitanes lo apagan cuando van a realizar actividades ilegales y, en algunos casos, transmiten coordinadas falsas para mostrar que están en otro sitio; es lo que llamamos la flota oscura", señala Sala, investigador de la Fundación National Geographic en Estados Unidos.
Él y su equipo han combinando los datos de geolocalización del sistema AIS con las imágenes tomadas por el satélite europeo Sentinel-1, cada vez que éste daba una vuelta al planeta, durante un periodo de cinco años (2017-2021).
Las imágenes del satélite han permitido identificar todos los barcos de más de 15 metros, y han dejado en evidencia a quienes pescan donde está prohibido. "Los malos ya no se pueden escapar", incide Sala.
La mejor herramienta
Su estudio se centra en la presencia de buques en 1380 áreas marinas protegidas (AMP) de todo el planeta en las que está expresamente prohibida la pesca comercial.
El análisis de 5.000 millones de posiciones del sistema AIS junto con las imágenes del Sentinel-1 han revelado que en el 78,5% de estas áreas no había actividad pesquera comercial, lo que viene a demostrar algo que los biólogos marinos llevan décadas diciendo: "Las áreas marinas protegidas son la mejor herramienta para proteger la biodiversidad".
Entre ese 21,5% de AMP donde no se cumple la norma predominan las de China y Corea del Sur, "donde se pesca a gran escala de forma sistemática pese a estar prohibido".
Los datos del estudio están disponibles de forma gratuita en la web de Global Fishing Watch. "Los ministerios de Pesca ya no tienen excusa para no perseguir la pescan ilegal", alerta Sala, ya que "los datos satelitetales permiten identificar la embarcación y sancionarla".
Juan Mayorga, científico de la organización Pristine Seas y otro de los autores de la misma investigación, apostilla que si solo hubieran tenido en cuenta los datos del satélite AIS, no habría sido posible detectar ni el 90% de los buques de pesca ilegal en AMP.
"El océano ya no es demasiado grande para vigilarlo. Gracias a los satélites de última generación y a la inteligencia artificial, estamos haciendo visible la pesca ilegal y demostrando que las áreas marinas protegidas con prohibiciones estrictas funcionan", destaca Mayorga.
Ahora, los investigadores quieren ir un paso más allá y, gracias a la mayor resolución de los nuevos satélites, trabajar en identificar embarcaciones de menos de 15 metros en AMP, que el Sentinel 1 no pudo captar con tanta precisión.
Solución frente a una amenaza mundial
La pesca ilegal es una amenaza mundial, pues pone en peligro tanto la salud de los ecosistemas marinos como la propia estabilidad económica de la industria pesquera.
La buena noticia es que la propia industria se beneficia de que se persiga la pesca ilegal en áreas marinas protegidas, porque "los peces son más abundantes en sus límites, producen más crías y ayudan a repoblar zonas circundantes", recuerda Sala.
En el otro estudio, un grupo de investigadores analiza la presencia de buques de pesca ilegal en 455 áreas marinas de todo el mundo con el nivel más alto de protección existente, combinando también radar y datos satelitales y llegando a la misma conclusión.
Sus resultados indican que los buques de pesca industrial no autorizados en esas AMP es de, de media, uno por cada 20.000 kilómetros cuadrados, una tasa nueve veces inferior a la de las zonas no protegidas. De hecho, solo hallaron pesca ilegal en 7 de las 455 AMP analizadas.
De nuevo, los mayores incumplimientos detectados se dan en zonas de Asia oriental y meridional. (EFE - Caty Arévalo)