¿En serio la creen capaz?
No hay duda de que Buscando Dory se está convirtiendo en uno de los más grandes éxitos de Disney-Pixar. La súper esperada secuela de Buscando a Nemo logró cautivar al público hasta superar las altas expectativas que se tenían.
Sin embargo, hay quienes además de aplaudir la cinta animada, han encendido alertas sobre el efecto negativo que puede causar.
Y es que basados en el fenómeno que significó la primera parte en 2003, varias organizaciones han mostrado su preocupación por la "moda" que se desataría por tener un espécimen como el de Dory, es decir, los cirujanos azules.
En ese entonces por la aparición de la película, las ventas de peces payaso (la especie de Nemo y Marlyn) se incrementó en un 40%. Varios expertos alertaron sobre los daños que podría causar la comercialización desmedida de ellos.
Según cifras del Fondo de Conservación Salvando a Nemo, cada año más de un millón de peces payaso son capturados en el océano con el fin de venderlos y terminar sus vidas en algún acuario particular.
Algunas de las medidas adoptadas se llevaron a cabo en 2012, cuando se legalizó su cría en cautiverio, sin embargo no fue suficiente y los animalitos continúan amenazados. Amenaza que se vuelve inminente hacia los "Dorys", ya que para ellos no hay ninguna regulación que los proteja.
Paradójicamente, Buscando a Dory retrata exactamente la importancia de mantener a los peces en su habitat natural, incluso después de haberlos tratado en un acuario. Hasta la propia Ellen Degeneres (voz de Dory) ha pedido que se preserve la especie.
Así que ya sabes, busca a Dory solo en las salas de cine y déjala nadando felizmente en el mar.
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