
La economía peruana creció 3.33% en el 2024, superando las expectativas del mercado y más que recuperándose de la caída de 2023. Sin considerar el crecimiento del PBI en el 2021 (+13.4%) —en un contexto de reapertura de la economía tras las cuarentenas del 2020— la cifra de crecimiento de 2024 es la mayor desde el año 2018 (+4.0%). No obstante, el PBI peruano aún se encuentra 6.4% por debajo de la tendencia de crecimiento que mostraba en los cinco años anteriores a la pandemia (2015-2019).
El resultado del 2024 se explicó principalmente por la aceleración de los sectores vinculados al consumo privado, como el comercio y los servicios, que crecieron en conjunto 3.3%, por encima del 1.0% observado en el 2023. Esta aceleración se dio en un contexto de inflación controlada (+1.97%) —al cerrar el año dentro del rango meta del BCRP por primera vez desde el 2020— y de mejora del empleo y de los ingresos reales. Sin embargo, el dinamismo de estos sectores fue menor que el crecimiento promedio anual que alcanzaron en la etapa prepandemia (+3.7%).
Los sectores primarios presentaron resultados mixtos, lo que impidió una mayor contribución al crecimiento. Por una parte, el sector agropecuario (+4.7%) se recuperó por la mejora de las condiciones climáticas, que permitió una mayor producción de los cultivos para el mercado interno, como la papa (+19.5%); y para la exportación, como los arándanos (+53.4%). Asimismo, la pesca (+24.9%) se recuperó por los mayores volúmenes de captura de anchoveta, la cual había sido limitada en el 2023 por factores climáticos. Ello también contribuyó al crecimiento de la manufactura primaria (+8.4%) debido a la mayor elaboración de harina y aceite de pescado. Por otro lado, la minería metálica creció 1.9%, una desaceleración respecto de la expansión de 9.3% en 2023, debido principalmente a menores leyes de mineral de zinc y a las paralizaciones temporales por mantenimiento de mineras productoras de cobre.
En tanto, los sectores vinculados a la inversión, como la construcción y la manufactura no primaria, crecieron 2.7% en conjunto, luego de una caída de 7.9% en el 2023. La construcción se favoreció del mayor avance de obras públicas (+12%), así como del ligero avance del consumo interno de cemento (+0.2%) luego de dos años de caída. En tanto, la manufactura no primaria creció principalmente por la mayor fabricación de bienes de consumo, tales como muebles y prendas de vestir (+20.0%).
En 2024 se crearon 143 mil empleos
En línea con la recuperación de la actividad económica, el empleo total nacional creció 0.8% en el 2024 (143 mil puestos de trabajo), luego de haberse contraído 0.9% en el 2023, según la Encuesta Permanente de Empleo Nacional del INEI. Esta recuperación se concentró en las áreas urbanas (+1.6%), mientras que el empleo rural se contrajo por segundo año consecutivo (-2.1%). No obstante, en el cuarto trimestre del año, el empleo rural logró crecer (+0.2%) luego de 7 trimestres de caída. En agregado, el empleo total recuperó en el 4T24 los niveles alcanzados en el mismo periodo del 2022.
Según la calidad del empleo, el resultado se explicó por el incremento del empleo adecuado (3.1%), que comprende a aquellos trabajadores que laboran 35 horas o más a la semana y perciben ingresos suficientes para cubrir una canasta mínima de consumo (estimada en aproximadamente S/1,260 para Lima Metropolitana). En tanto, se observó una disminución del subempleo (-1.6%). Así, la tasa de subempleo cayó de 45.6% de la fuerza laboral en 2023 a 44.4% en 2024, lo que indica una mejora en la calidad del empleo en el país.
En tanto, los ingresos del total de trabajadores se incrementaron en 2024. Al cuarto trimestre, el ingreso promedio nacional —que incluye los ámbitos urbano y rural— fue de S/ 1,766, un crecimiento de 3% en términos reales, es decir descontando por el efecto de la inflación. Cabe destacar el incremento de los salarios en el ámbito rural (1.6%), luego de tres trimestres consecutivos de caída. Ello es consistente con el crecimiento de los ingresos en los sectores primarios —agropecuario, pesca y minería— que crecieron a una tasa real de 6%.
Para el 2025 y en adelante, se requiere afianzar los avances logrados en empleo, mediante un mayor impulso de la inversión privada y la adopción de una agenda de política que priorice la competitividad.
Perspectivas 2025-2026
Los indicadores adelantados de actividad muestran resultados mixtos en el inicio del 2025. Por un lado, según cifras del COES, la demanda de electricidad creció 1.6% en enero, desacelerándose por segundo mes consecutivo, ante el menor consumo en sectores vinculados a la inversión (-5.9%), como cementeras y siderúrgicas. Ello, a pesar de la recuperación de la demanda de empresas mineras (+2.0%), la cual había caído en diciembre.
En tanto, las expectativas empresariales sobre la economía se recuperaron en enero y se ubicaron en el tramo optimista luego de haberse situado en una posición neutra en el mes previo. Asimismo, la inversión pública en términos reales creció 42% luego de dos meses de caída. Sin embargo, esta expansión del gasto público contribuyó al incremento del déficit fiscal a 3.7% del PBI, en un contexto en el que la meta de fin de año es de 2.2% del PBI.
Las últimas proyecciones del IPE, de diciembre de 2024, apuntan a un crecimiento anual de 3.0% en 2025, impulsado por un mayor dinamismo en la inversión privada (3.6%) y una expansión de 3.1% en el consumo privado. No obstante, debido a la postergación de decisiones de inversión por la incertidumbre preelectoral, la actividad económica iniciaría una desaceleración desde la segunda mitad del año y llevaría a un crecimiento del PBI de 2.3% en el 2026. Frente a un panorama caracterizado por una alta incertidumbre, el IPE actualizará sus proyecciones macroeconómicas el 11 de marzo próximo.
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