Desde el 2018, el gremio editorial espera que el Congreso apruebe una nueva Ley del Libro: sin caducidad, que estimule la creación y articule al sector. Este 8 de octubre tendría que debatirse en el Pleno.
Si esta historia fuera una novela se encontraría en la sección de suspenso. Desde el 2018, el gremio editorial espera que el Congreso apruebe una nueva Ley del Libro -sin caducidad, que estimule la creación y articule al sector- pero cada vez se ha visto interrumpida por otra prioridad. El año pasado fue el cierre del Congreso, ahora toda la atención se centra en la pandemia. Escritores, editores, mediadores de lectura y más están a la espera del ansiado debate.
"Siempre suele haber algo más importante que el libro [...] Se da énfasis a la minería y el turismo pero, como país, no nos damos cuenta de la importancia de las industrias culturales para el desarrollo de una nueva ciudadanía y el desarrollo económico. Es clave que se entienda para darle vida a este mecanismo legal que permitiría avanzar al sector ya que en el Perú no existe la industria editorial y queremos llegar a serlo", recalca Carlos Vela, presidente de la asociación Editoriales Independientes del Perú.
Si este 8 de octubre la nueva Ley del Libro no se debate en el pleno, todos los peruanos sufriremos las consecuencias. Para empezar, los beneficios que mantienen a los libros sin impuestos vencen el 15 y al día siguiente el costo de las publicaciones subiría 18%. De hecho, si no hay ningún debate es posible que se entre en un vacío legal.
"En esta ventana en la cual no existe ley, no sabemos cuál sería el mecanismo que se usaría ya que las leyes no son retroactivas. No sabemos cómo se cubriría a nivel operativo o comercial. No queremos llegar a eso con tantas problemáticas que atraviesa el país ahora", apunta Vela.
De acuerdo al primer vicepresidente del Congreso, Luis Valdez, "mañana jueves se debatirá la propuesta final en el Pleno" a fin de llegar a un consenso -aunque no aparezca en la agenda- según comentó a RPP Noticias.
¿UN PALIATIVO DURANTE LA PANDEMIA?
Existen dos dictámenes previos favorables -de la Comisión de Cultura y Patrimonio Cultural, y la Comisión de Economía- por lo que Willy del Pozo, presidente de la Cámara Peruana del Libro, cree viable que se debata y apruebe tanto en el Congreso como en el Ejecutivo.
"Antes de que el Congreso se disolviese, estaba a punto de entrar al Pleno para ser aprobado. Ahora está en las manos del nuevo Congreso y no perdemos la fe [...] Esperamos sea promulgado para beneficio de todos. El que los libros sean liberados del IGV facilita a que llegue más lectores", comenta.
La Ley del Libro del 2003 salió bajo un contexto diferente y, dados los golpes que ha provocado la pandemia en el sector editorial, la nueva Ley del Libro serviría para paliar un poco el retroceso. Bien se habla que de marzo a setiembre de este año, las facturaciones han estado 30% debajo del año anterior.
"Se han ganado batallas lentamente, pero el tiempo transcurrido está siendo perjudicial a una industria tan necesitada sobre todo en esta época [...] La pandemia nos ha hecho retroceder en el tiempo. Lo que necesitamos es sostenibilidad. Las condiciones a generar van a paliar ese daño en todos los sentidos: exogeneración de impuestos a importaciones, compras para las bibliotecas públicas. Y eso estimula la creación, articula el sector y hace que tenga sostenibilidad en el tiempo", explica Del Pozo.
No obstante, por sí sola una nueva Ley del Libro no ayudaría a resolver todos los problemas. Es un eslabón más dentro de una larga cadena que, para Carlos Vela, debe ir de la mano con un proceso de compra pública de libros descentralizados y transparente además de una política nacional del libro.
Algunas de las propuestas de la Nueva Ley del Libro son:
• Inafectación del IGV a la venta de libros.
• Promoción de la creación y beneficios como la exoneración de la renta a las regalías por derecho de autor.
• Establecimiento de un presupuesto anual de S/. 16 millones al FONDOLIBRO, destinados a la compra de libros para bibliotecas públicas y otros espacios de lectura, así como a contar con estímulos concursables.
• Articulación intersectorial y acciones para la promoción y sostenimiento de bibliotecas públicas y escolares.
• Establecimiento de una encuesta nacional de lectura que se realice de manera periódica para medir objetivamente avances y resultados.
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