La economía boliviana enfrenta una crisis marcada por inflación, escasez de dólares y reservas mínimas, con un déficit fiscal de más de una década. En este contexto, un economista explica las medidas propuestas con los candidatos que pasaron a segunda vuelta.
La economía boliviana atraviesa un momento "delicado y desequilibrado" que se manifiesta en problemas cotidianos para miles de ciudadanos, como las largas filas para cargar combustible y la escasez de dólares, una situación descrita como un "corralito bancario" donde incluso retirar ahorros se ha vuelto difícil. Así lo explica Fernando Romero, economista boliviano, quien se presentó en Economía Para Todos por RPP y detalló el complejo panorama que enfrenta el país andino.
Según Romero, la inflación ha superado el 15 % en el primer semestre del año, con una proyección anual del 5 %, lo que ha deteriorado "en demasía el poder adquisitivo de los bolivianos". Las reservas internacionales están "muy bajas en términos de liquidez", siendo el oro internacional el único sustento actual.
La deuda pública, tanto interna como externa, "está bordeando el 90 % del propio Producto Interno Bruto". A esto se suma un desequilibrio comercial, con un saldo negativo de más de $ 500 millones en el primer semestre, y once años consecutivos de déficit público, lo que significa que el Estado gasta más de lo que genera.
Romero subraya que Bolivia ha dependido históricamente de la exploración y exportación de hidrocarburos, especialmente gas natural. Sin embargo, esta "principal fuente de ingresos ha caído", mientras el gasto estatal no lo ha hecho, generando un "desequilibrio multidimensional" que ha llevado a problemas económicos y políticos, incluyendo bloqueos y paros. No obstante, la situación ha mejorado "debido a que se llevaron a cabo las elecciones", generando optimismo ante un "eminente cambio de modelo económico y político de casi 20 años".
Las propuestas económicas de los candidatos en la segunda vuelta
Las elecciones han abierto la puerta a una segunda vuelta, la primera desde la Constitución de 2009. En este contexto, Fernando Romero analizó las propuestas económicas de los candidatos: Tuto Quiroga y Rodrigo Paz.
Un punto de coincidencia entre ambos es la necesidad de "reducir el gasto estatal", algo que Romero considera una "obligación" para atacar el "cáncer y el origen" de la crisis que se prolonga por más de diez años.
- Propuestas de Tuto Quiroga (enfoque de "shock"):
En el caso de Tuto Quiroga, sus propuestas tienen un enfoque de “shock”. Busca una reducción drástica del gasto fiscal, planteando bajar el número de ministerios a un máximo de doce y eliminar viceministerios. Además, propone una reestructuración de las empresas estatales, señalando que al menos la mitad son deficitarias. En materia cambiaria, plantea pasar de un tipo de cambio fijo a uno real, único y flexible que se ajuste a las condiciones del mercado.
Su estrategia también contempla la atracción de inversión extranjera, destacando que Bolivia apenas logró captar el 0,1% de toda la inversión de Latinoamérica y el Caribe en 2024. Otro de sus ejes es el fortalecimiento del sector hidrocarburífero, mediante una nueva ley de inversiones y una nueva ley de hidrocarburos que generen confianza tanto en empresarios nacionales como en inversionistas externos.
Finalmente, propone salvar y fortalecer al empresariado nacional, impulsando la industria local. Romero compara a Quiroga con el presidente argentino Javier Milei, por su énfasis en recortar corrupción, reducir la burocracia y enfrentar un Estado grande y costoso.
- Propuestas de Rodrigo Paz (medidas "no tan de shock", más "populistas"):
Rodrigo Paz plantea medidas menos drásticas, catalogadas como “no tan de shock” y de carácter más populista. Una de sus propuestas centrales es la redistribución presupuestaria bajo un esquema “50/50”: la mitad del presupuesto estatal estaría a cargo del gobierno central y la otra mitad de los gobiernos subnacionales, que incluyen alcaldías, gobernaciones y universidades públicas.
Esto implicaría un cambio significativo, ya que actualmente el 85 % de los recursos lo maneja el nivel central. Asimismo, plantea la eliminación de la Aduana Nacional y su reemplazo por una aduana privada. En materia tributaria, propone reducir aranceles e impuestos, al tiempo que impulsa mecanismos de créditos blandos para fomentar el acceso a financiamiento.
Aunque sus planteamientos económicos no son tan detallados, Paz enfatiza la necesidad de liberar las exportaciones, promover el comercio y fortalecer las industrias con el fin de sacar adelante la economía.
La inversión extranjera como aspecto necesario para el crecimiento
Ambos candidatos coinciden en la necesidad de atraer inversión para reactivar la economía. Fernando Romero advierte que Bolivia, como país subdesarrollado, no puede aspirar a un crecimiento sostenido sin inversión extranjera. Recuerda que en la gestión pasada este indicador apenas alcanzó el 0.5 % del PBI, lo que refleja un nivel muy bajo. Enfatiza que sin inversión externa, la economía boliviana no podrá crecer.
El Sol Peruano es un refugio en la frontera boliviana
Ante la devaluación de la moneda boliviana, el sol peruano se ha convertido en una "moneda de refugio" en las zonas fronterizas. Aunque el sol vale aproximadamente "cinco veces más que el peso boliviano", las familias bolivianas cercanas a la frontera con Perú buscan esta divisa para transacciones comerciales –frecuentemente relacionadas con el contrabando– y para "proteger su economía" de la devaluación, buscando invertir en otras monedas.
Romero señala que, si bien el uso del sol ha disminuido ligeramente porque la inflación permite a las familias bolivianas adquirir dólares con más frecuencia, sigue siendo una "alternativa importante para las familias que viven cerca de fronteras", utilizándola tanto para el comercio como para "su patrimonio".