La inseguridad ciudadana golpea con fuerza al pequeño comercio peruano. Más de S/ 6,000 millones en pérdidas y el cierre de 2,600 bodegas entre enero y agosto reflejan una crisis que afecta sobre todo a mujeres emprendedoras. AGREMUB exige acciones reales ante medidas estatales que no generan confianza.
La inseguridad ciudadana continúa devastando la economía del pequeño comercio en Perú. La delincuencia le cuesta al país más de S/ 6,000 millones y ha obligado el cierre de al menos 2,600 bodegas entre enero y agosto. En una entrevista con Ampliación de Noticias Regional por RPP, Carla Campos, presidenta de la Asociación Gremial de Mujeres Bodegueras del Perú (AGREMUB) reveló esta cifra y expresó una profunda desconfianza en las medidas adoptadas por el Gobierno.
Las bodegas, que tradicionalmente actúan como "el receptor, el que cobija a todos los vecinos" y forman parte de la familia en la comunidad, están desapareciendo por la incapacidad de hacer frente a la ola criminal, lo que implica una pérdida significativa de puestos de trabajo y servicios esenciales.
Las mujeres bodegueras corren mayor riesgo
Carla Campos destacó que las bodegas administradas por mujeres son particularmente vulnerables.
"A nivel nacional, el 70% de mujeres tienen su negocio, una bodega", afirmó Campos. Agregó que estas empresarias están más "al acecho de toda esta delincuencia porque estamos en los barrios" y tienen "menos apoyos del estado".
Además del riesgo físico, la delincuencia ha elevado drásticamente los costos operativos, volviendo el negocio "no rentable". Las bodegueras se ven forzadas a contratar personal de seguridad y comprar videocámaras. Campos lamenta que los costos operativos ya no permiten la sostenibilidad de los negocios: "Trabajar para otros ya no resulta. Este negocio ya no es beneficioso, ya no es rentable,".
Desconfianza ante las medidas de emergencia
A pesar de los anuncios de declaratorias de emergencia en diversas zonas y el control de motocicletas, la presidenta de AGREMUB señaló que estas medidas repiten patrones fallidos y no generan confianza.
"Viendo que se repite el mismo patrón, la verdad no tenemos esperanza de que eso funcione", sentenció Campos. Recordó que estrategias anteriores, como los chalecos para motorizados, tampoco funcionaron.
AGREMUB ha solicitado apoyo en las municipalidades, gobiernos locales e incluso ha tenido conversaciones con ministros del Interior. Sin embargo, la respuesta ha sido insatisfactoria, pues "la verdad no hay un plan, no hay ninguna estrategia". Las bodegueras exigen "hechos" en lugar de meros anuncios.
Ante la falta de soluciones concretas, las empresarias han implementado cámaras de seguridad, aunque esto no siempre ha sido suficiente. Carla Campos indicó que el siguiente paso es seguir exigiendo un mayor respaldo policial y de serenazgo.
"Nosotros exigimos que sigan apoyándonos, que constantemente los serenazgos, la policía hagan sus rondas más frecuentes y así tener al menos una ventaja de que tenemos un respaldo," concluyó la presidenta de AGREMUB.
Mientras tanto, la cifra de 2,600 bodegas cerradas por inseguridad, una necesidad que se presentó hasta agosto, continúa aterrorizando al sector.