Las librerías desean mantenerse activas, cubris sus gastos fijos y cumplir con la cadena de pagos.
La expansión de la pandemia en el mundo ha restringido algunas actividades económicas y Argentina también ha visto sus efectos.
Sin embargo, la cuarentena ha empujado a las librerías a abrir el abanico de posibilidades con el único objetivo de vender sus libros. La mayoría de estos establecimientos en Argentina apuesta por el delivery, actividad que fue autorizada desde el 13 de abril, pues se abrió las puertas a la venta por internet de estos ejemplares.
Lo que ha generado sorpresas en Argentina, es que el sistema de envíos ha sido un éxito. Según el diario Clarín de Argentina, “si bien subrayan los porcentajes de venta a domicilio están todavía muy lejos de equipararse a lo que venden con sus librerías abiertas, la mayoría de los consultados refiere que sus expectativas iniciales se vieron superadas”.
De esta manera buscan seguir activos, cubrir sus gastos fijos y cumplir con la cadena de pagos, gracias a este tipo de iniciativas y al apoyo de sus clientes lectores.
¿Cómo funcionan?
Los amantes de los libros son clave para que el flujo económico de este sector se pueda mover.
Las librerías reciben los pedidos vía teléfono, redes sociales o mail, y se encargan de entregarlos ellos personalmente o enviarlos a través de algún servicio de mensajería, respetando los protocolos de seguridad.
En general prefieren recibir los pagos a través de transferencias bancarias o Mercado Pago, antes que efectivo.
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