Un 8% el miércoles y 13% el jueves. En dos días, el peso argentino ha sufrido una pérdida de valor histórica.
En casi tres años de mandato, esta es quizá la crisis más grave que ha enfrentado el presidente de Argentina, Mauricio Macri, cuyo gabinete anunció este jueves dos medidas para contener la devaluación: vender US$330 millones en el mercado de valores y subir la tasa de interés al 60%, la más alta del mundo.
Depreciación del peso
Las causas y consecuencias de esta devaluación, que ya completa 50% en un año, son diversas, ambiguas. BBC Mundo conversó con varios economistas que explicaron cuáles son las tres claves que detallan qué está pasando con la economía argentina.
1. Entre el gradualismo y el ajuste.
Muchos hablan de un gobierno que no termina de explicar sus objetivos: si va a continuar con el histórico déficit fiscal de uno de los países más asistencialistas de América Latina o si va a ajustar tajantemente, acabando con un déficit que genera inflación pero le da un golpe tremendo a los millones de argentinos que dependen del Estado.
La decisión es compleja para una coalición oficialista que busca ser reelecta dentro un año. Pero la ambigüedad, aseguran los expertos, es como un repelente de las inversiones.
Macri, empresario e ingeniero, quiso resolver la excesiva inflación y el déficit heredados del gobierno de Cristina Kirchner de la mano del mercado: saldando cuentas, emitiendo deuda y convirtiendo a Argentina en un destino de turismo financiero.
Su receta para ajustar el gasto fue el "gradualismo" en lugar de un tajante "sangre, sudor y lágrimas".
En mayo, cuando se produjo la primera fuerte caída del peso de su gestión, se probó que los inversionistas estaban hartos del gradualismo.
Y, a medida que aumentó la incertidumbre sobre el rumbo de la economía del país, los capitales se fueron y Macri, al menos en apariencia, se quedó sin respuestas.

2. El contexto internacional.
Quizá el error más grave de Macri, lo dicen incluso sus partidarios, fue malinterpretar el contexto internacional: en un momento de auge del proteccionismo, Macri decretó que Argentina "volvería al mundo".
Al volcar el financiamiento a los mercados internacionales se exacerbó la ya histórica vulnerabilidad de la economía argentina.
Entonces: cuando Estados Unidos subió sus tasas de interés, cayó el peso; cuando Donald Trump anunció aranceles al aluminio, cayó el peso; cuando Turquía entró en crisis, cayó el peso. Y así.
Ninguna otra moneda de mercados emergentes sufre tanto como la argentina cuando se produce un movimiento que genera tensión financiera y política a nivel global.
El oficialismo dice: "El mundo no nos acompañó"; pero sus críticos hablan de un error de cálculo.
3. La herencia histórica.
Lo que hace más grave la situación actual es que Macri, uno de los empresarios más ricos de Argentina, fue elegido precisamente para resolver la economía, que ya venía de capa caída desde el segundo gobierno de Cristina Kirchner.
Con una agenda proteccionista de control de cambios y fuerte emisión de dinero para impulsar el consumo, Kirchner dejó un Estado con alto déficit fiscal e inflación y al borde de la recesión.
Hoy esos números macroeconómicos siguen en rojo o están peor, pero el gobierno dice que es el costo de "dejar de mentir" y "dejar el populismo".
Sus críticos, sin embargo, dicen que Macri no supo leer la realidad argentina, que implica un gasto público alto históricamente.
Argentina, uno de los mayores productores de alimentos del mundo, tampoco ha podido resolver qué modelo económico implementar al menos durante los últimos 50 años.
Con Macri se intenta volver al liberalismo. Para él es necesario, pero para otros es "malentender Argentina".
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