El puerto de Chancay y la Economía peruana, por Fernando Carvallo [COLUMNA]

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Si hay un ministerio que debe salvar los escollos de la coyuntura para mantener el rumbo que nos lleve a buen puerto, es sin duda el Ministerio de Economía y Finanzas. Hay otros ministerios más alejados de las cifras crudas y más cercanos a las necesidades inmediatas de la población, educación, salud, transporte, alimentación, vivienda, seguridad. Pero el Ministerio de Economía y Finanzas vela para que el dinero alcance en todos los sectores y se invierta de la manera más razonable posible. 

Durante los últimos días la atención ha sido acaparada por la explosión de violencia criminal en Ecuador, por la crisis en la Fiscalía, por las incertidumbres del clima y la aparición de una nueva subvariante del COVID. Pero haríamos mal si todos esos desafíos nos enceguecieran ante la necesidad constante de mejorar nuestra capacidad productiva, crear empleo y reducir la pobreza con su cortejo de hambre, abandono y dislocación familiar. 

Por eso es bueno que el MEF publique cada día una nota de prensa. La de anoche lleva un título alentador, lo que se agradece en tiempos de malas noticias y de complacencia con la derrota: habrá un antes y un después para el Perú con el desarrollo del Hub Portuario Chancay-Callao, dice. 

El ministro Alex Contreras ha afirmado que, gracias al puerto de Chancay y la ampliación del puerto del Callao, el Perú recibirá un “shock de productividad”. Y precisa: Si hacemos las cosas correctas, construimos la infraestructura necesaria y generamos incentivos suficientes para la inversión, el Perú va a despegar y tendrá un punto de quiebre en su evolución. Uno quisiera estar seguro de que no se trata de un sueño, pues la realidad nos ha venido acostumbrando a las decepciones y los impedimentos. Al fin y al cabo, no se trata de grandes discursos. Solo de exhortar a hacer las cosas correctamente.

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